El trabajo creativo de Sara Huete tiene dos características singulares; la primera es que se trata de una autora a la búsqueda de sus propios espectadores. A diferencia de otros artistas que reflejan su mundo íntimo y personal, y debe ser el público quien conecte con él, S.H. lanza en su obra propuestas que se escapan de lo particular por lo que pueden ser prontamente reconocidas y compartidas, ya sea estéticamente, ya sea conceptualmente, por quienes contemplan su trabajo. Este deseo de conectar su obra con el espectador explica, de algún modo, el enorme éxito que está teniendo y que alcanza por igual a espectadores que entre si no comparten los mismos gustos estéticos. Yo creo que su obra rompe la tendencia al intimismo que tienen los artistas actuales, ya que prima en ella el intento de hacer de cada uno de sus cuadros un ejercicio consciente de ... comunicación visual, valiéndose de la asociación de elementos aparentemente incompatibles que plantean sugestivas e inéditas paradojas, construcciones que golpean en la conciencia de cada uno de nosotros, sin perder por ello la incógnita de su misterio.

La segunda característica de la obra de S. H. reside en la habilidad que tiene al mezclar no sólo objetos, sino cronologías distintas. Parece increíble la consistencia que resulta de la unión entre imágenes antiguas, procedentes de viejos grabados o de fotografías cuya composición y temática son extrañas a nuestro tiempo, con la yuxtaposición de materiales que dan una nueva reorientación al significado de esas imágenes. Esta exposición es una buena muestra de lo que digo. Las imágenes que sirven de base al trabajo de S. H. resucitan con nuevos significados que originalmente no tuvieron. La incorporación de materiales destinados al consumo popular, inútil es en muchos casos, y de objetos cotidianos reformulados para la ocasión, crean propuestas que reorientan los significados de sus escenas, situándose en el impreciso límite que existe entre el concepto y la intuición.

(Fragmento del texto de Bernardo Riego)