Exposición en Madrid, España

La revista Ajoblanco. Ruptura, contestación y vitalismo (1974-1999)

Dónde:
Sala de Bóvedas, Centro Cultural Conde Duque / Conde Duque, 11 / Madrid, España
Cuándo:
28 may de 2014 - 21 sep de 2014
Inauguración:
28 may de 2014
Comisariada por:
Organizada por:
Descripción de la Exposición
A través de 180 números, 30 especiales y toda una serie de publicaciones adyacentes, el visitante podrá descubrir la evolución de la revista y de sus especiales junto a las paginas de diferentes números expuestas en paneles de gran formato; junto a ellos y en numerosas vitrinas se exhiben maquetas, diversos objetos de la época, originales, fotografías, y en tres salas se exhibirán tres videoproyecciones. El objetivo que impulsa esta exposición es doble: por una parte revisitar Ajoblanco desde el presente, con el fin de explorar sus principales aportaciones y situarlas históricamente; por otra, profundizar en esa inquietud disidente, lúdica y libertaria de vivir la cultura, las ideas y los cambios colectivos y personales apasionadamente.

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Una mañana de enero del 73, cuando las utopías cali­fornianas y parisinas se estaban comercializando y el franquismo entraba en decadencia, una pandilla de jóve­nes con inquietudes y sin tiempo para el lamento ... con­vocó una exposición poética en la facultad de Derecho. Una semana después, alrededor de quinientos poemas cubrían los muros del vestíbulo de esa facultad barcelo­nesa, entre huelgas, carreras y manifestaciones.

 

Al final del verano, la joven mujer de un torero sin suerte nos cocinó en su pequeño restaurante el plato típico de su pueblo: Ajoblanco. Y en el brindis por el reencuen­tro del grupo Nabucco en esa 'Noche del Ajoblanco', planteé una decisión irreversible. Iba crear una nueva revista libre y legal, fuera de los ambientes universitarios. Pensaba distribuirla por todos los quioscos de España. La publicación, que en ningún caso podía ser elitista, de­bía ayudarnos a crecer y a formarnos hasta llegar a vivir tal como pensábamos. Un año más tarde descubrimos que éramos miles los que estábamos hartos de perma­necer callados y temerosos. Necesitábamos romper con la represión franquista y con los dogmas de nuestros hermanos mayores acerca de cómo luchar, cómo crecer y qué leer.

 

Gran parte de esa nueva generación a la que pertene­cíamos detestaba cualquier autoritarismo y buscaba un universo propio y solidario en el que fuera posible la fraternidad, el juego, la creatividad y el vivir tal como pensábamos. Aún corrían en la sociedad grandes dosis de altruismo.

 

Las actitudes de la contracultura norteamericana, las publicaciones underground europeas, la nueva litera­tura, el rock y las ganas de abrir un circuito alternativo generaron un proceso abierto y plural desde el naci­miento de la revista Ajoblanco. Mediante los encuentros callejeros, el diálogo hasta la madrugada, las conviven­cias comunales y la correspondencia con jóvenes de distintos lugares de España, conseguimos articular en poco menos de dos años un nuevo universo alterna­tivo, que aglutinó los sueños y las inquietudes de una generación con mitos pero sin maestros. En España, las circunstancias nos forzaron a ser autodidactas. Nos formamos gracias a un cúmulo de encuentros, lecturas desordenadas, viajes y azar.

 

El primer Ajoblanco fue un proyecto colectivo en el que participaron miles de lectores que también llenaban las páginas de la revista. El proceso cubrió hasta 1980 y atravesó varias etapas. El mundo underground, las sustancias psicodélicas, la liberación de la sexuali­dad, el mundo de los freaks, el arte conceptual, el arte pobre, Pasolini, los mensajes libertarios de la nación de Woodstock, el teatro en la calle, la cultura de foro y el situacionismo nos ocuparon los dos primeros años de la revista.

 

En el verano del 1976 redescubrimos a Durruti tras la suspensión de la revista por cuatro meses tras un con­sejo de ministros. El fenomenal escándalo lo causó el dossier fallas. Fue en Menorca durante aquel verano sin revista cuando once personas del equipo compartimos una pequeña casa entre huertos. Alejados de una rutina que te comía el tiempo, descubrimos el mensaje cultural y social del anarquismo español anterior a la guerra civil. Nos entusiasmamos con sus logros y por ello nos olvidamos de la contracultura norteamericana y nos sumergimos en la relectura de estos hechos y mensajes. Sin olvidar nuestra apuesta por una revolución cultural potenciamos los dossieres sobre ecología, energías li­bres, antipsiquiatría, educación antiautoritaria, naturismo, libertad sindical, presos, las comunas como alternativa a la familia, el cooperativismo y los ateneos libertarios.

 

Tras las Jornadas Libertarias de julio del 77 y alcanzar los cien mil ejemplares de venta, llegaron los pactos de la Moncloa, el terrorismo de Estado, la Euro represión y la nueva Constitución. Fue entonces cuando nos des­marcamos de la actitud de los nuevos partidos políticos, tanto de derechas como de izquierdas, y denunciamos en textos claros y aún vigentes las carencias democráti­cas que conllevaban la concentración de todo el poder en los partidos de forma jerárquica e impositiva.

 

Sin duda, una parte de la historia de este país permanece encerrada en aquellas páginas, que concluyeron en junio de 1980, en parte por agotamiento, en parte porque ya habíamos elaborado el proyecto de la sociedad en la que podíamos creer. Nuestra ciudad también había cambiado.

 

Hoy, en 2014, cuando se alumbra un nuevo proceso constituyente, sería bueno atender parte de aquellas propuestas colectivas por ser alternativas posibles para un mejor funcionamiento de esa democracia que muchos aspiramos, además de favorecer la convivencia y la pluralidad.

 

El segundo Ajoblanco fue fruto de un encuentro casual entre viejos y nuevos miembros del equipo en tiempos de Thatcher, Reagan y de Felipe González. En octubre de 1987 Ajoblanco repite con la pretensión de democra­tizar la cultura y aportar textos e imágenes estimulantes para ayudar a tejer una sociedad civil lo más abierta y creativa posible. Quisimos despertar el interés por otros credos y otras culturas. Si en el primer Ajoblanco fuimos agitadores, en el segundo nos profesionalizamos para generar la mejor revista cultural en castellano. Para ello, estudiamos las publicaciones de tendencias que se pu­blicaban en Europa. Viajamos y trabajamos junto a ellos.

 

Desatascamos la relación creativa, humana y cultural con Latinoamérica, escuchando a sus creadores en su propio territorio, y nos hicimos un poco porteños, mexi­canos o cubanos. Recorrimos África, Europa del Este y Japón. Bloqueamos durante más de un mes, mediante el Fax de la Libertad, el comercio internacional de China en 1988, tras los sucesos de Tiananmen.

 

El vacío de valores, las carencias democráticas, el con­texto que exige la creación cultural en todos los terrenos y una actitud muy crítica frente a los poderes que asfixian el progreso social y político fueron también armas de una revista que nunca quiso acomodarse. La vida, el ocio, la multiculturalidad y el urbanismo en las ciudades contem­poráneas ocuparon parte de nuestras inquietudes. Y lo hicimos desde la independencia y la vocación. En ver­dad, ejercimos un periodismo de anticipación y también nos convertimos en una escuela de nuevos periodistas y de nuevos gestores culturales puesto que por la publica­ción, que siempre buscaba renovarse, pasaron más de mil colaboradores.

 

Por desgracia, llegó un momento, en el que el mercado global dirigido por los grandes grupos económicos y mediáticos coparon todas las redes de distribución. Las revistas independientes de gran tirada con influencia y vocación social fueron derribadas. El periodismo inde­pendiente escrito empezó a ser uno de los ejercicios más difíciles de practicar. El segundo Ajoblanco expiró en diciembre de 1999. Aunque en 2004 Ajoblanco editó un par de números y un especial, hasta ese momento permanece esperando picar de nuevo. Quizá esa exposi­ción despierte un nuevo ciclo.

 

 

 
Imágenes de la Exposición
La revista Ajoblanco. Ruptura, contestación y vitalismo 1974-1999

Entrada actualizada el el 26 may de 2016

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