Investigar en la búsqueda de obras de Laxeiro y de otros miembros de nuestra Vanguardia histórica es una labor que trasciende el campo meramente estético, para introducirse en aspectos sociológicos, históricos y culturales de la evolución del gusto del coleccionismo gallego durante gran parte del siglo XX. Laxeiro y sus compañeros de generación vivieron principalmente del mercado de la arte. En su época apenas existían becas de formación (la excepción de las de la Diputación de Pontevedra) y las instituciones no solían comprar obras de arte. Por todo esto, la principal fuente de subsistencia de estos artistas, resultó ser el coleccionismo privado. Un ámbito poco estructurado en el que la falta de galerías especializadas, críticos de arte y comisarios, funcionaba el contacto directo entre artista y coleccionista, en un diálogo en el que con frecuencia se mezclaba lo personal con lo profesional. Laxeiro en las colecciones privadas es un primer intento...de rastreo de los criterios estéticos de ese colectivo de particulares que formaron la semilla del que hoy se puede llamar coleccionismo gallego. Las obras que se muestran en esta exposición son piezas inéditas o muy poco conocidas que llevan años colgadas en las paredes de domicilios particulares sin repercusión pública alguna. Un catálogo de obras que atestiguan la evolución del gusto del coleccionismo gallego en el que es inevitable hacer una lectura transversal socioeconómica, estética e incluso política del imaginario artístico de nuestra Comunidad Autónoma. La selección de obras que hizo la comisaria, Lourdes Martínez Sapiña, obedece de alguna manera a un primer esbozo del que, en un proyecto más amplio, se podría denominar como cartografía del coleccionismo en Galicia, centrado, en este caso, en la obra de Laxeiro. Por todo esto, podemos apreciar un movimiento que iría del retratismo burgués y un cierto costumbrismo, a veces bucólico y a veces esperpéntico, hacia una mayor aceptación de la experimentación, del riesgo y de las semánticas abiertas, sin olvidar también la crónica del ambiente artístico de la época, como en este caso queda patente con los retratos de Mario Granell, Mercedes Ruibal y el pintor Antón Abreu, en tres momentos muy diferentes de la trayectoria de Laxeiro. Esta exposición ilustra de forma parcial, debido a su pequeño formato, esa evolución y quiere ser una llamada de atención, una nota sobre el campo de trabajo existente para la investigación en ese ámbito de la cultura privada tan poco conocido que puede aportar muchas claves sobre los orígenes de la conformación del gusto actual.
Entrada actualizada el el 26 may de 2016
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