Por primera vez, la Fundación Laxeiro expone siete obras sobre papel datadas a finales de los años veinte y principios de los treinta, que muestran la mirada de un Laxeiro adolescente que, después de su estancia en La Habana, retorna a su Lalín natal decidido a ser artista. Estas obras ilustran cómo un Laxeiro, todavía adolescente, aprendía a pintar y a dibujar a partir de su territorio visual más inmediato.
Los paisajes rurales de la comarca del Deza, nos descubren un Laxeiro paisajista insólito, poco tiempo antes de adoptar una mirada propia que cambiaría el tema del paisaje por escenas con personajes, con las que fue construyendo su singular obra.
ORIGEN DEL PROYECTO
La labor de investigación que la Fundación Laxeiro lleva a cabo de forma continuada, posibilita ofrecer al público estas obras de casi cien años de antigüedad, localizadas en colecciones privadas que, por primera vez, se muestran en forma de exposición.
Este...trabajo de localización y selección permite contextualizar piezas concretas que ayudan a avanzar en la comprensión del significado cultural y artístico del legado de Laxeiro y, en esta ocasión, descubrir los orígenes de un muchacho que quería ser artista, y que estaba buscando una mirada propia, todavía sin desarrollar.
El adolescente que mostramos en esta exposición, todavía posee la inocencia de quien tiene todo por hacer y simplemente obedece a la pulsión de pintar y dibujar, todavía sin un programa concreto, justo antes de que, a partir de los años treinta, comenzara a desarrollar su proyecto renovador, una vez integrado en el grupo de Los renovadores, formado por jóvenes artistas que se identificaban más con el París de la bohemia o el Berlín vanguardista entreguerras, que con la pintura gallega de la generación anterior.
Proyectos como este son posibles gracias a la colaboración de coleccionistas particulares que, de forma desinteresada, ceden sus obras para el disfrute del público, en un gesto generosidad y sensibilidad que, por unos meses, posibilita borrar el límite entre el ámbito público y el privado, conscientes del valor patrimonial de sus colecciones.
LA EXPOSICIÓN
Laxeiro es un artista que pinta hombres y mujeres, también animales, pero no es frecuente paisajes en su obra. A Laxeiro, como fabulador extraordinario que fue, le interesan las personas y los animales, le interesan los personajes.
La razón por la que el título de esta exposición hace hincapié en la idea de adolescencia, es que las obras que la conforman están datadas a finales de los años veinte y principios de los treinta, cuando el pintor tenía entre dieciocho y veintidós años. Esa fue una época de aprendizaje, no solo técnica, sino también de aprendizaje de la mirada como elemento constitutivo de la personalidad, a partir de la que irá surgiendo lo que el artista tiene que contar, el argumento que conformará su personalidad narrativa. El aprendizaje está presente en estos hermosos paisajes, en estos bocetos en los que el joven Laxeiro jugaba a capturar lo visible en su entorno inmediato. El interés de estas obras no reside tanto en su originalidad o en su calidad, como en la búsqueda de una mirada propia que en estos dibujos, seguramente, todavía no había encontrado.
Se trata de bocetos tempranos, de sus años de barbero pintor cuando, recién llegado de Cuba, el muchacho decidió ser artista, todavía sin haber desarrollado ese proyecto narrativo que, con el paso de los años, sería tan extraordinario y personal.
Estamos, por tanto, ante ensayos de línea, de color y de composición. Ejercicios de selección del encuadre en los que el tema aún no era una preocupación y su futuro como artista, todavía era una incógnita, un deseo incierto que el joven pintor alimentaba de forma autodidacta, con una voluntad inquebrantable.
Laxeiro, paisajes de adolescencia quiere mostrar la mirada virgen de un joven aprendiz de artista que, a lo largo del siglo XX cambiaría la pintura gallega para siempre.
La exposición podrá visitarse hasta el 15 de octubre.
