“No es nada una llamita al viento”, decía Porfirio Barba Jacob en su poema “Futuro”, un lamento celebratorio, al mismo tiempo funerario y festivo, por lo efímero y perecedero, por los entendimientos y gozos que los humanos cargan a cuestas y que un día están y al siguiente no.
Es posible sintonizarse con algo de eso que, al ser tan discreto y cotidiano, resulta fácil de perder de vista. A veces da la sensación de que hubiera una especie de llamado escondido por ahí, entre las tazas desportilladas, los tenedores torcidos y las plantas mudas. Es como si ahí se ocultaran las pistas que refuerzan esa intuición que a veces nos embiste para asegurarnos que el mundo es más de lo que parece, con riquezas y consonancias insospechadas que esperan ser descubiertas.
1. cuadernos de fotografía
Quizás en la fotografía, o al menos en los artistas elegidos para esos cuadernos, es donde más...claramente se ve la manera como la realidad, a pesar de su opacidad, ofrece momentos luminosos.
2. cuadernos de cómic y dibujo
A diferencia de las fotografías, que capturan situaciones externas, los artistas de estos cuadernos se aproximan a lo efímero del mundo con una herramienta esencialmente distinta, a través de unos materiales humildes —papel, tinta, lápiz, colores— gracias a los cuales crean esa suerte de intimidad.
3. libros del revés
Esta categoría se planteó sin prerrequisitos de formato, técnica o tamaño. Aun así, estos proyectos se hacen preguntas sobre lo que consideramos real y sobre la posibilidad de ir más allá.
Entrada actualizada el el 12 sep de 2019
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