Mariano Carabias (Segovia, 1963) es uno de los creadores segovianos más versátiles, fruto de un incansable y continuado trabajo, de una admirable madurez artística y de una sólida base formativa. No en vano realizó estudios de pintura y dibujo en la Escuela de Artes y Oficios de Segovia (donde ha sido profesor), grabado y estampación en la Escuela de Grabado de Segovia 'Espinosa de los Monteros', cinematografía en la Cátedra de Historia y Estética de Cinematografía de la Universidad de Valladolid, y pintura en vidrio en el Centro Nacional del Vidrio de La Granja de San Ildefonso, licenciándose en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid en el año 1987.

Precisamente fue en los años ochenta cuando Carabias comenzó a mostrar públicamente sus obras por vez primera, en muestras individuales y colectivas celebradas en Segovia (Torreón de Lozoya y La Casa del ... Siglo XV), exponiendo desde entonces repetidamente en nuestra ciudad y provincia, así como en Valencia, Madrid, Cariñena (Zaragoza) o Tenerife. Paralelamente ha desarrollado una importante obra en el terreno del diseño (montaje de exposiciones, diseño gráfico, etc.), de la escultura y de las artes aplicadas. Fruto de esta dedicación han sido piezas que podemos contemplar en distintos lugares de Segovia: los murales en esgrafiado de la iglesia de San Frutos (1992), los de cerámica y esgrafiado del Jardín Botánico (realizados junto con el ceramista Rafael Lorenzo Tardón entre 1994 y 1995) y que posteriormente serían complementados con las esculturas 'Entre los 2 árboles' y 'La Fuente de la Vida' (2010 y 2011 respectivamente), la serie dedicada a las 'Aves de agua' sobre las ventanas del Centro 'Los Molinos' de Caja Segovia, o el mural cerámico 'Hércules' para el Palacio de Las Monas.

'Los hombres que miran al sol', título de la exposición que podremos contemplar en el Torreón de Lozoya, abunda sobre un camino a la vez plástico y místico ya ampliamente definido en la última muestra celebrada en el Colegio de Arquitectos, de la que Rodrigo Martín escribió en El Adelantado de Segovia que era 'una ambiciosa lectura de actualización de los grandes símbolos que cuajan nuestra memoria cultural. [...] Carabias nos sugiere en sus cuadros más solemnes una metamorfosis del personaje concreto en simbólico, superando rasgos y anécdotas [...] Y de esta transformación lo tópico alcanza el significado de arquetipo y de cada uno de nosotros emerge, sin explicación suficiente, un prototipo soberbio y mágico. [...] La pintura de Carabias ha enriquecido su simbología'.