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Tan iguales y tan distintos. Iguales por origen, vivencia de solidaridad congruente con su asentamiento en la banda de a babor; afán investigador, honradez estética, coherencia y humildad artística, entre otras afinidades. Distintos en la proyección, con respuestas doloridas o entusiastas que se manifiestan en la búsqueda de esculpir el grito y el estupor o el encuentro y el gozo de la música de los colores. Así son o parecen, o parecen lo que son, Luis Estévez y Juan Manuel Lazcano, dos gallegos en los límites de las circunstancias.

Las obras de Estévez, a escala, consiguen recordar los pétreos Moáis de la isla de Pascua que miran a las ... estrellas y proyectan poder sobrenatural hacia las generaciones venideras. Maderas y piedras, materias en las que trabaja preferentemente, tienen huellas de esculturas arcaicas de los siglos V y IV anteriores a la era cristiana. Al combinar formas naturales con otras abstractas en algún caso la piedra de la obra rememora parte de la masa de la Victoria de Samotracia al igual que otros trabajos evocan esculturas escandinavas de los siglos IX y X. De manera permanente se pretende la talla del grito y la figura femenina es ejemplar. Explica que intenta expresar dolor o asombro que trascienda de la substancia con que se fabrican los sueños. El nombre de las obras es la materia de que están hechas, sus medidas y el año de realización. Declara ambicionar piezas mayores en las que pueda manifestar y volcar con mayor fuerza la expresión.

En la indagación de la música de los colores, Lazcano quiere huir de la cotidianidad a través de claroscuros y estallidos cromáticos que pretenden diálogo y respuestas en un espacio fuera del tiempo. Da las brumas de lo íntimo e inexplicable a través de chispas de luces que además de colores escudriñan su música. Para el pintor hay voluntad de aprendizaje creador, sin recurrir a los estilos de la creación. Confiesa haberse inspirado en otros y haberse visto en intercambio de partes. Sin indagación explícita todo puede ser pintado para ser gozado, sentido, que es lo propio de nuestro tiempo.