La individual Luz inscrita, imagen incierta, de Andrei Thomaz, nos muestra imágenes que nunca existieron, hechas a partir de paisajes urbanos reales capturados por una cámara fotográfica, modificadas en tiempo real por softwares desarrollados por él. Los elementos como la elección del paisaje, el encuadramiento, la luz y otros son definidos por el artista. Pero a partir de ahí, se pierde cualquier previsibilidad sobre lo que puede suceder con esa imagen. "No se trata de una edición o de un efecto, sino de una lectura algorítmica de los colores", cuenta Giselle Beiguelman, curadora de la muestra.
La exposición trae, en su mayoría, trabajos inéditos con la temática de la interferencia a la variación de la luz y del tiempo sobre los paisajes. Son tres series que reúnen imágenes creadas con el software "Reloj de vela" y un vídeo generado por el software "Timelapse". En común, las obras traen un registro único...que, como dice Giselle, va más allá del ojo y lleva al límite la relación del natural con la tecnología: "El resultado es desconcertante. Las imágenes nos extrañan así como las extrañamos. Es que estamos ante imágenes puramente algorítmicas. Ya no se refieren a la naturaleza, sino a los lenguajes de programación.
Entrada actualizada el el 23 jun de 2017
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