La exposición del Gabinete de Artes Gráficas de Palau Antiguitats plantea una antología sobre el grabado catalán al aguafuerte; técnica que, con variantes, tiene un peso social minoritario en relación a la pintura pero con más relevancia de la que se cree. Entre los siglos XVIII y XX ésta se suscribía como soporte gráfico para: la bibliofilia, las ilustraciones, la cartografía, el ex-librismo, etc.
Con cerca de cuarenta nombres, la muestra reúne una serie de artistas conocidos en este campo creativo: desde el barroco Francesc Tramullas, a las realizaciones de los grabadores de La Rosa Vera mediados siglo XX (Granyer, Galí, Mompou, Humbert, Amat, Ferrant, Todó, Guinovart, Pla Narbona), gracias al esfuerzo editorial de alto nivel encabezado por Jaume Pla quien abrió las puertas de la creación calcográfica a artistas plásticos que nunca antes habían cogido un buril para grabar.
Entre muchos nombres, destacan las obras de Marià Fortuny, insospechado genio del...grabado catalán decimonónico; de Joaquim Mir, que ensayó aguafuertes que rehuían todo preciosismo; de Xavier Nogués, inventor de una muy personal calcografía noucentista; junto a coetáneos de envergadura como Joaquim Sunyer o Ricard Canals. El inclasificable Pau Roig abocó a texturas rembrandtianas y otros, como Junceda, Smith o Domingo -que llegó a publicar un tratado sobre el aguafuerte- tienen presencia, así como Pablo Gargallo y Laura Albéniz.
En resumen, una exposición que demuestra que el aguafuerte catalán no es ningún "anécdota" y que habría que tomarlo más en serio de lo que creemos.
Entrada actualizada el el 23 feb de 2018
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