El universo de formas mínimas y colores estridentes que caracteriza la obra de Manuel Hernández esconde tras de sí la preocupación incesante de un artista que desde sus orígenes encontró en el lenguaje abstracto el medio para proyectar estados espirituales. En Manuel Hernández: el camino de la abstracción, el Banco de la República presenta una selección de 57 obras, entre dibujos y pinturas, que revisan la trayectoria y evolución de quien es considerado el artista abstracto más importante en Colombia durante el siglo XX.
50 años de formas y colores
Solo dos años después de iniciar sus estudios universitarios, en 1948, Manuel Hernández recibió del gobierno colombiano una beca para continuar su formación académica en la Academia de Bellas Artes de Santiago de Chile, una experiencia que, en comparación con otros artistas colombianos, lo puso en contacto rápidamente con los movimientos modernos que entonces tomaban fuerza en Europa y los Estados Unidos...y que tímidamente tenían eco en los países del sur de América Latina: el cubismo, el constructivismo, el futurismo y el expresionismo abstracto. Así, casi al inicio de su carrera, Hernández asumió la abstracción como su lenguaje, logrando al mismo tiempo, imprimirle una identidad propia que se caracterizó por el estudio cuidadoso del color y las formas, así como las texturas y las superficies.
En palabras de la historiadora del arte Carmen María Jaramillo, “en términos generales, sus trazos reúnen cualidades de la pintura y del dibujo; a la par que delinea, son planos de color; se diferencian y se funden simultáneamente; actúan como separación entre tonalidades y al mismo tiempo pueden percibirse como superficies pigmentadas.”
En esta exposición se pone de manifiesto la evolución que sufrió la obra de Hernández en más de 50 años de trayectoria, así por ejemplo, se verán algunas obras tempranas en las que se percibe claramente la influencia cubista, algunos dibujos de los años sesenta en donde el óvalo y el rectángulo empiezan a ser elementos simbólicos preponderantes de su obra, así como algunas pinturas que evocan a través del color y las texturas de los materiales empleados distintas atmosferas, que a su vez aluden directamente a paisajes, emociones o estados espirituales.
Las obras seleccionadas para esta muestra hacen parte de un comodato establecido entre el Banco de la República y la Universidad Jorge Tadeo Lozano de Bogotá en 2013.
En palabras del artista
Sobre la abstracción: “Siempre me pregunte cómo se podía, sin necesidad de la figura, de esa depresión dramática de angustia y dolor, tener una gran vibración espiritual”.
Sobre su proceso de creación: “Mi trabajo contiene una doble acción: dibujo y borro. En esos retrocesos empiezo a presentir un nuevo camino. El problema del artista es siempre el mismo: tener miedo a equivocarse.”
Sobre la compresión de sus obras: “La lectura inmediata tiene sus pormenores pero lo importante es la huella, la emoción o el sentimiento que la obra deje en el espectador.”
Entrada actualizada el el 17 oct de 2014
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