En el contexto de la plástica argentina, la obra de Mele Bruniard constituye un eslabón necesario para el estudio de las artes gráficas. Pues el grabado fue la práctica que la autora abordó desde sus primeras incursiones en el arte, en el taller de Juan Grela, para crear un universo de trabajo propio. Un lenguaje que fue mutando hacia imágenes cuyas composiciones estuvieron destinadas a comprender el amplio espectro iconográfico que la artista supo crear a lo largo de cinco décadas.

El presente proyecto de exposición, que incluye la publicación de un libro que integrará la lista de títulos pertenecientes a las ediciones Castagnino+macro, recorre las distintas etapas de su producción, poniendo en foco las principales series que la artista elaboró desde 1952 hasta 2001.

Estas xilografías se inscriben en los discursos sobre ... la naturaleza simbólica de las formas. En este sentido, esta selección del extenso trabajo de Bruniard intenta mostrar el modo en que la artista ha procedido para crear una jerga única, retroalimentándose de las culturas antiguas pero también de los relatos locales. Su glosario, aquí presentado secuencialmente, incluye elementos de tradiciones que, como la incaica, la han inspirado en la majestuosa tarea de inventar su propia flora y fauna litoraleña.

'A veces me basta un trébol, un simple trébol de tres hojas y en su curvado recorrido reencontrar la inmensa fragilidad del mundo. A veces dudo de que la mano responda a la idea o a la forma soñada, dudo si la palabra repetida hasta el cansancio en el rugido desolado Sarothamnus sea oída e interpretada por alguien, y me repito las preguntas que por momentos me asaltan, si un papel puede cambiar el curso de los ríos, la elipsis del Sol, las cuatro Lunas, el titilar de una Estrella y entonces caigo en la realidad. Y un trozo de madera es la respuesta'. -Mele Bruniard, 2004.