La nueva exposición de Miki Leal que ahora se presenta en la Galería Rafael Ortiz, es la de un pintor que recuerda con nostalgia su pasado a través de la recreación de los objetos y sensaciones que poblaban su entorno infantil.

Imágenes que iban quedando grabadas en la sensibilidad del niño y que con el paso de los años han ido destilando en la imaginación del pintor, dando lugar a un universo particular, casi secreto, donde la mirada creadora de Miki sublima lo cotidiano: figuras de máscaras, representaciones de rincones de su casa actual de Madrid, se mezclan con otras más alejadas en el tiempo y con pequeñas piezas donde el artista reproduce en blanco y negro una serie de objetos triviales que en el papel se tornan silenciosos o casi sagrados como iconos.

El título de la ... exposición se debe a un encuentro fortuito del pintor con el rótulo 'miki's paper' en una calle de Los Ángeles. Estaba anocheciendo y fue un descubrimiento fugaz, visto a través de la ventanilla del coche al pasar, no pudiendo evitar el acto reflejo de levantar la cámara y hacer una foto.

Esa foto, casi como un disparo a ciegas, medio olvidada durante el resto del viaje americano, vuelve a llamar la atención del artista en los meses madrileños de reflexión y trabajo de esta exposición.

La sinestesia pictórica tan característica de la obra de Miki Leal sigue siendo una constante en esta exposición, donde los grandes papeles con paisajes acuarelados ponen la nota dulce, casi sonora, a la muda presencia de las pequeñas esculturas en barro y los secos dibujos a plumilla que los acompañan.