Descripción de la Exposición
ÁMBITO 1: LA ORDEN Y EL MONASTERIO
La Orden de Predicadores, fundada en 1216 por santo Domingo de Guzmán, tiene tres órdenes o ramas: la primera, masculina; la segunda, femenina; y la tercera, a la que pertenecen seglares de ambos sexos. El Monasterio de Santa Catalina de Siena de La Laguna fue fundado por iniciativa de Juan de Cabrejas y de su esposa, María de Salas.
Construido entre 1606 y 1611 las primeras cuatro religiosas, llegadas desde Sevilla, entraron en clausura el 23 de abril de 1611. El monasterio es una ciudad dentro de la ciudad, aislada y a la vez conectada con ella a través de su iglesia y de la puerta reglar. Su solar es el mismo que ocupó hasta entonces la casa de los Adelantados de Canarias, en la plaza principal de La Laguna.
En este ámbito se exponen obras vinculadas a la iconografía de la orden: sus principales devociones —encabezadas por el propio santo fundador y la santa titular del monasterio—, junto a otros testimonios de la vida en clausura.
ÁMBITO 2: LA SIERVA DE DIOS
Sor María de Jesús de León Delgado, nacida en El Sauzal en 1643, ingresó en este monasterio en 1688 y vivió aquí hasta su muerte el 15 de febrero de 1731. Virtuosa y humilde, optó por profesar como religiosa lega a pesar de que podría haber satisfecho la dote propia de las monjas de coro o de velo negro.
Su biografía, incluso antes de entrar en clausura, estuvo marcada por señales maravillosas, profecías, penitencias y prodigios. Fue lectora y devota de santa Teresa de Jesús, a quien trató de imitar. A su fama de santidad colaboró la circunstancia de que su cuerpo fue hallado incorrupto cuando tres años después de haber fallecido se exhumó para depositarlo en el sarcófago en el que permanece en el coro bajo.
Tras dos intentos en el siglo XIX (entre 1826-1832 y en 1881), en 1992 se inició el expediente diocesano para la beatificación de sor María de Jesús. La causa está ahora pendiente ante la Santa Sede. Se exponen aquí, además de algunas pinturas y esculturas que ilustran sobre la vida de la Siervita, diversas reliquias suyas.
ÁMBITO 3: MÍSTICO JARDÍN
La imagen del monasterio como un jardín ameno ha tenido éxito y difusión desde antiguo en la literatura religiosa. El claustro se asemeja a un jardín cerrado —hortus conclusus— en el que crecen y florecen las monjas virtuosas y es también un pequeño laberinto que simboliza la búsqueda de la verdad y de la gracia. A la vez, es evocación del paraíso y prefigura el cielo, el paraíso eterno.
El monasterio se distingue por ser un enclave al margen «del siglo», de la vida mundana. En palabras de fray Jerónimo Paz, provincial de los dominicos canarios, es una república de mujeres, un alcázar de las hijas de Sión, un místico jardín.
La exposición temporal Místico jardín parte de esta idea y muestra algunas expresiones de cómo la naturaleza proporciona a la iconografía cristiana un amplio repertorio de escenarios, imágenes y metáforas: el árbol de la Cruz, las flores alusivas a virtudes de la Virgen de y de los santos, las artificiales confeccionadas por las monjas para el ornato litúrgico, el rezo del rosario —devoción dominica— como rosas ofrecidas a la Virgen…
Carlos Rodríguez Morales
Formación. 30 oct de 2025 - 11 jun de 2026 / Museo Nacional del Prado / Madrid, España