Mompar - Biesok

Exposición / Aitana / Maestrat, 1A - Bajo 3 / Borriana/Burriana, Castellón, España
Ver mapa


Cuándo:
22 ene de 2010 - 20 feb de 2010

Inauguración:
22 ene de 2010

Organizada por:
Aitana

Artistas participantes:
Adrián Momparler - Mompar, Alberto Biesok

       

---

Descripción de la Exposición

Convocatoria

Los pintores Adrián Momparler (Mompar) y Alberto Biesok presentan sus últimos trabajos en la galería de arte Aitana de Burriana. Ambos fueron compañeros de estudio y ahora exponen por primera vez juntos y en exclusiva en una sala. Su relación va más allá de las aulas, pues Mompar -en calidad de gestor cultural- fue el que le ofreció a Biesok la oportunidad de realizar su primera exposición individual. Artísticamente sus obras son totalmente opuestas, tanto en la composición, como en el uso del color y en la temática. Precisamente esa disparidad de propuestas es lo que impulsó a ambos artistas a unirse en este proyecto común. 'Buscábamos la idea del contraste de obras', afirma Biesok.

 

Lo que les une es que los dos creadores trabajan la poética del paisaje, uno desde un punto de vista urbano a través de grandes ciudades (Mompar) y el otro recreando un paisaje natural de perfiles mediterráneos (Biesok). Metrópolis ruidosas frente a la quietud de la campiña.

 

Adrián Momparler nació en Madrid pero su residencia actual es Valencia. Momparler se licenció en Bellas Artes por la Universidad Politécnica de Valencia, aunque también realizó incursiones como artista fallero. De su curriculum destaca que fue pensionado en el Paular (Segovia, 2004) y que obtuvo la beca de la Fundación Rodríguez Acosta (Granada, 2006). Son muchos los elementos que reclaman su papel a la hora de ver las ciudades de Mompar; el collage, la tipografía, tintas, y numerosos elementos plásticos. De este modo se presentan ante el espectador, en una primera mirada, numerosos planos de colores semitransparentes, tipografías venidas de no se sabe qué lugar, carteles publicitarios. Las numerosas combinaciones de armonías de grises, son acompañadas por timbres de colores más cálidos, naranjas o amarillos aterciopelados.

 

Pero con una mirada más prolongada estos recursos van dejando ver una situación más narrativa, en la que aparecen lugares llenos de sugerencias, que invitan al espectador a reinterpretar ese momento infinitas veces. La ciudad es tomada como un escenario, para situar edificios, semáforos, planos, personas... A veces estos objetos pasan a tomar el papel protagonista, convirtiéndose en los habitantes de esos lugares, en otras ocasiones son las personas las que recorren esas calles, cambiando continuamente el paisaje, con cada mirada del espectador.

 

Es en la conjunción de la atmósfera de la 'Polis', junto con la mirada al detalle de lo más humano, donde Mompar mueve sus pinturas. Con una paleta semitransparente pretende crear unas obras que reflejen la dualidad de la ciudad y lo urbano: Un espacio habitado, cambiante, pero lleno de vivencias y de detalles que se convierten en objetos familiares dentro del sobrecogimiento que producen los edificios.

 

Alberto Biesok es valenciano aunque con raíces alemanas. Su formación está vinculada a la capital del Túria, pues es licenciado en Bellas Artes por la Universidad Politécnica de Valencia con un master de Producción Artística. En su haber también cuenta con una estancia de un año en Venecia a través de las becas Erasmus.

 

El paisaje desde el prisma de Biesok es un tanto melancólico por lo que tiene de cercanía física con el pintor. Tampoco se trata de una visión realista del campo, sino de una reinterpretación que se acerca al Romanticismo decimonónico, aunque con reminiscencias orientales, sobre todo como vinculación cromática. Sus vistas son celajes abiertos de colores apagados interrumpidos por un plano inferior en el que se vislumbra el perfil negro de la vegetación mediterránea, con sus inconfundibles pinos y sotobosque. El horizonte negro -que recuerda a las estampas japonesas- tiene para Biesok un sentido de fuerza y sobriedad. Una tonalidad que se justifica en combinación con otros tonos más suaves y fundidos en los que predomina el amarillo. El cielo es un pretexto para poder estudiar las infinitas combinaciones cromáticas y también los momentos atmosféricos.

 

---

---