Cuenta la leyenda que las brujas de los alrededores de Alaró - que por lo visto las había y muchas -, ciertas noches salían de sus cuevas y se juntaban para celebrar auténticos aquelarres. Se relata que durante el día hilaban largos hilos como de nieve, y cuando caía la noche los tensaban uniendo las cumbres del Puig de s’Alcadena y del Castell d’Alaró. Sobre éstos bailaban toda la noche hasta la salida del sol, momento en el que regresaban a sus cuevas y escondrijos.
A veces, aunque no lo creamos, aunque no sepamos verlo, aunque no podamos o queramos apreciarlo, las montañas, los precipicios, los bosques y las cuevas, hablan. Hay que saber escucharlos, hay que querer escucharlos, hay que vivirlos, hay que sentirlos, hay que saber mirarlos para poder ver más allá, de piedras, árboles, castillos, porque son memoria de un lugar, de un pueblo, de sus gentes, esconden...leyendas que nunca sabremos si fueron un día verdad. Hoy que miramos todo a través de la cámara de nuestro teléfono móvil es más difícil que nunca, estar en un lugar y sentirlo. Lugares que son a la vez, pasado presente y futuro.
Durante el mes de junio de 2018 coincidieron en Alaró, Alejandra Freymann y Diana Coca, las dos habían sido invitadas a hacer una residencia en ADDAYA Centre d’Art Contemporani. Aquí conocieron a Keila Alaver. Keila ya llevaba unos meses viviendo en Alaró, también había llegado a nuestro pueblo invitada a hacer una residencia durante el mes de septiembre de 2017, y al acabar, decidió quedarse a vivir.
Las tres artistas no se conocían antes, pero este fortuito encuentro, pronto dejó claro que había buena sintonía, buena energía y muy buena conexión también más allá del ambiente de trabajo, y eso, une aún más. Todo ello propició poner en común ideas, intereses e investigaciones en marcha.
Como han hecho, a lo largo de los años la gran mayoría de los artistas venidos en residencia en ADDAYA, también organizaron una subida al Castell de Alaró. Animadas por la experiencia, repitieron con el Puig de s’Alcadena. Estas excursiones, estos paseos, aparte del interés en conocer estas montañas tan emblemáticas por los alaroners y alaroneres, tenían también otros motivos artísticos. De esas investigaciones in situ generaron un buen número de interesantes trabajos, parte de los cuales conforman esta exposición. Una muestra en la cual el Castell d’Alaró, s’Alcadena, o la cueva de Sant Antoni, son protagonistas, bien físicamente, o bien a través de las leyendas que conocemos y que cautivaron a las 3 artistas.
La magia y la energía que desprenden estas dos montañas, estas dos masas rocosas, tan características, tan diferentes del resto que las rodea, y tan parecidas la una de la otra, conforman una especie de puerta de entrada a la Sierra de Tramontana, como si fueran sus guardianas. Podemos entender que fueron la puerta de entrada de las tres creadoras, que a través de esa experiencia concibieron una serie de trabajos que a pesar de ser individuales, están completamente ligados los unos con los otros, en una colaboración nacida de la sinergia de energías e intereses comunes. Podemos ver imágenes que nos sitúan en un lugar concreto, aunque no siempre es fácil, y otras escenas que ponen en diálogo estos espacios con otros paisajes, otros recuerdos, otras postales.
A través de las leyendas, a través de las excursiones, de sus observaciones, de sus acciones in situ, fotografías, dibujos y vídeos, las artistas han entrado en un intercambio muy especial con el lugar, y entre ellas, que puede verse reflejado en sus trabajos. Hay en ellos un cierto hilo conductor que los une, que no sólo los pone en diálogo, sino que a veces es algo más sutil, que no todos podemos ver, ni muchos menos tejer. Posiblemente se trate de un hilo como el de la leyenda de las brujas. Seguramente, las artistas jugaron a ser algo brujas también, disfrutando de la naturaleza, viviéndola como una fiesta y descubriendo lugares mágico-telúricos.
Pero no os creáis que estos trabajos son como el relato de una simple excursión, de una subida más al Castell d’Alaró o al puig de s’Alcadena. Hay que dedicarle su tiempo: hay que mirar y querer ver, oír y también escuchar, así podremos descubrir mucho más en estas obras de Freymann, Coca y Alaver. Pues cada una, a su manera, nos cuentan o hablan de cosas no tan diversas, pero si con diferencias en su formalización. La realidad y la ficción se mezclan, naturaleza y turismo, y sin duda, a través del acercamiento a la figura de las brujas, que al fin y al cabo eran unas rebeldes, que cuestionaban su rol tradicional en la sociedad, tanto como mujer como curadoras/sanadoras, hay algo allí de reivindicación feminista.
Sin duda, es una de esas exposiciones que dan un sentido especial y evidencian la importancia del proyecto de residencia de artistas y comisarios, que se llevó a cabo en ADDAYA Centre d’Art Contemporani en Alaró durante los años 2004-2019.
Entrada actualizada el el 16 dic de 2019
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