Los Barcos nacieron de imágenes que estaban en mis recuerdos de niñez, cuando viví dentro del terminal marítimo de Cartagenera. Generalmente parto de una imagen, de un deseo o de una vivencia; sin una posición razonada previa, de una forma espontanea, lo llamo Arte Espontáneo. De esta manera no tengo que justificarlo y me siento bien conmigo, me siento cómodo trabajando de esta manera. Prefiero averiguar el contenido después, como un espectador. Desde niño, y por mucho tiempo, vi los Barcos llegar, cruzar la bahía y partir quien sabe para dónde; y de cierta manera para mí, tenían vida propia. Me crié en una ciudad llena de pátinas del tiempo, de pronto por esto me es tan grata plásticamente la herrumbre. O fue una manera de atraparlos, cuando ya estaban cansados, en su última morada, con la huella del tiempo pegada a su piel. Mostrarlos de esta manera, fue para mí, un hacer poético.