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El fotógrafo Nereo López (Colombia, 1920) es, ante todo, un fotógrafo viajero. Cronista y cartógrafo a la vez, ha practicado un género híbrido entre la poesía visual y el ensayo fotográfico. Desde el inicio de su carrera realizó viajes poco comunes por su Colombia natal y visitó regiones desconocidas. Su trabajo sirvió para abrir los ojos a la sociedad urbana, descubriéndole la vida que bullía en los valles, las cordilleras andinas y las costas del Caribe.

El trabajo de López bebe de la experiencia de Cartier-Bresson, Irving Penn, Robert Capa, Walker Evans y muchos otros artistas pertenecientes ... a la edad de oro del fotoreportaje. Su mirada combina objetividad, un toque humorístico, la búsqueda de lugares y gentes no occidentales y un gusto estetizante, pero con mesura. La herencia que recibió de la fotografía mexicana y de maestros como Álvarez Bravo se refleja en su mirada comprometida y su interés por dignificar a la persona. En sus primeros trabajos se encuentran todas las claves de su obra. Centrándose en el retrato, fotografía a artesanos, campesinos y niños individualmente o en grupo. Sus composiciones, a pesar de su aparente espontaneidad, contienen una sorprendente atención al detalle.

Nereo López (Colombia, 1920) comenzó a trabajar como fotógrafo en 1952 y en esa década recorrió la geografía colombiana para fotografiarla. En 1957 se estableció en Bogotá como jefe de fotografía de la revista Cromos. En 1959 se vinculó a la revista brasileña O Cruzeiro, donde consolidó su visión fotográfica.