La obra de Nicolas Krabal acerca la arquitectura al hombre. A diferencia de la escuela de Düsseldorf, iniciada por el matrimonio Becher, y continuada por Candida Höfer y Andreas Gursky entre otros, donde el espacio se define a partir de la ausencia del hombre, la obra de Krabal dota de humanidad a la arquitectura, aportando un orden de magnitud del espacio representado. Las personas se relacionan con el entorno, ya sea porque lo transitan fugazmente o bien porque lo observan con detenimiento.

Fiel a su Hasselblad, Krabal viaja por todo el mundo con la única finalidad de captar esa esencia inherente en cualquier estructura arquitectónica, bien por su simetría, bien por su sorprendente ejecución y puesta en escena.

Más allá del prestigioso premio ... otorgado en Paris Photo en 2007, quizás la feria de fotografía más importante del mundo en la actualidad, Krabal busca un enfoque diferente, una calidez que contrasta con el frío blanco y negro de sus imágenes. La tensión també está presente en su última serie 'Matèries Grises IV', donde el gran espacio exterior queda sustituido por espacios interiores, inquietantes que generan cierto desasosiego en el espectador.

Poesía en blanco y negro, arquitectura de una época.