Los años 50 marcan el comienzo de un período particularmente fecundo para el desarrollo de las artes plásticas en el País Vasco. Tras los difíciles años de postguerra y exilio, una nueva generación de artistas, con nombres tan valiosos como los de Jorge Oteiza, Eduardo Chillida, Agustín Ibarrola o María Paz Jiménez, recoge el testigo de la vanguardia, iniciando una época dorada que continuaría en las décadas siguientes. Con esta muestra titulada "Norabideak 50 / 90" cerramos el ciclo de tres exposiciones, "Roma - París capitales del arte en el siglo XIX" y "Norabideak en el arte de entreguerras", dedicadas al nacimiento y desarrollo de la modernidad en el arte vasco.