Now: obras de La Colección Jumex presenta aspectos clave de la profundidad y amplitud de su acervo de arte contemporáneo. Inspirada por la obra Now (2009) del artista estadunidense Doug Aitken, el adverbio now (ahora) subraya la contemporaneidad de las obras de arte de La Colección Jumex y la compleja visión de Eugenio López Alonso quien ha perfilado al acervo siempre apostando entusiasta y cuidadosamente por el arte que articula búsquedas formales y temas actuales.

Al puntualizar la extensión (espacio) y la prolongación (tiempo) del presente, la exhibición destaca una heterogénea selección de artistas nacionales e internacionales así como intergeneracionales en diálogos articulados curatorial y museográficamente en núcleos temáticos. Más que una lectura interpretativa o investigación tópica de La Colección Jumex, la muestra aborda el género expositivo de la presentación, teniendo como objeto destacar su amplitud, profundidad e identidad experimental. Si bien Now: ... obras de La Colección Jumex pretende cristalizar la actualidad también subraya el índice cultural inherente al arte.

En el futuro y mirando desde ahí al pasado -lo actual de hoy en día- se comunican aspectos clave de nuestra cultura contemporánea.

Las obras son índices, por lo que una muestra es también una práctica cultural. La contemporaneidad se convierte en un futuro barómetro de nuestras preocupaciones, privilegios visuales e ideas. En este sentido, el arte tiene una función y un impulso transhistórico; articula temas pertinentes a la época de su producción y, a su vez, puede comunicar otros en tanto lenguaje que atrae como imán, mismos que el propio autor no se imaginaba, abriendo así su campo de lectura e interpretación como Roland Barthes ha señalado. Marcel Duchamp denominaba la fuerza y novedad que una obra va adquiriendo en marcos diferentes a lo largo del tiempo, haciendo ecos de su contexto inicial y posterior.

II

Curatorialmente, se detectaron grandes temas de las últimas décadas en La Colección Jumex, articulados formalmente de la manera más heterogénea. A veces tales tópicos se abordan con un modo franco, otras con procederes oblicuos.

Impulsada por la definición del concepto en la retórica de Baltasar Gracián, ?un acto del entendimiento que expresa la correspondencia que se halla entre los objetos?, en la muestra se han agrupado e interconectado por su precisión ?aguda e ingeniosa? obras de arte que abordan y problematizan un tema, una investigación y un fervor lingüístico visual en el acervo.

Como exposición, la muestra opera con variados núcleos vinculados por la amplia gama del significado semántico del adverbio temporal ?ahora?. La arquitectura histórica del Instituto Cultural Cabañas y su diseño como actual museo han determinado la conjugación de los temas en núcleos, a veces conglomerados, otras veces con disposición autónoma. Es certero armonizar con el inmueble -único edificio designado como Patrimonio de la Humanidad en México- para generar un desafío en torno a la presentación de arte contemporáneo que resiste por sus salas estrechas y rectangulares, expresión de su función inicial y diseño arquitectónico neoclásico. Regida la curaduría y museografía de obras de arte contemporáneo por una propuesta espacial, emblemática del crepúsculo de la Ilustración en un México todavía no independiente, produce una poética circundante tanto a la diferencia como a la complementariedad.

Al oscilar entre introducción y loa, la caja de luz Now (2009) de Doug Aitken -con la cual arranca la propuesta expositiva- funciona como minúsculo pero operativo resumen, y fiel al recurso retórico Captatio benevolentiae, busca la buena disposición de varios públicos llamando la atención al tema general: el ahora. Sinónimo del sustantivo ?presente?, el adverbio ?ahora? también significa presenciar y percibir, experimentar -vivir- por primera vez algo, una situación. Al igual que todo esfuerzo definitorio y taxonómico, el ?ahora? y ?el presente?, si bien se pueden precisar temporalmente, tienen estas voces por definición, ambigüedades y fisuras, y en tanto que experiencia subjetiva, pueden referirse a un momento, a un día, o prolongación de tiempo.

Por ende el ?ahora? -sustento y concepto de la exposición- se refiere al estatus de La Colección Jumex hoy en día y a la contemporaneidad de su acervo artístico entendido como contraste al arte moderno del siglo XX, y que arranca a partir de la posguerra y se consolida a partir de la década de los años sesenta, articulando temas y vivencias así como búsquedas formales de nuestra actualidad.

III

Dos núcleos hacen referencia a la historia social del Instituto Cultural Cabañas. El titulado Hospitium se refiere a la historia del Hospicio Cabañas como hospital y albergue para enfermos, desamparados, huérfanos y que igualmente funcionó como escuela. Una lectura en conjunto de varias obras clave abordan el tema del arte como forma de terapia o sanación, entre ellas, la escultura lumínica de Ann Veronica Janssens cuya emisión baña todo un muro de colorida luz, y el registro del ritual en torno al cuerpo y la naturaleza de Ana Mendieta.

El tema del paisaje -real o simulado- trabajado por Darren Almond, Thomas Demand y Luisa Lambri marca el paso del tiempo y la fugacidad de cómo se perciben su luz y formas, remiten a un deseo de vitalidad y poética de la muerte, mientras que Olav Westphalen brega su común y macabro aspecto. Asimismo, obras que hacen eco o bien apuntan a la sexualidad, género y corporalidad de la vida, entre ellas las de Sarah Lucas, Sarah Morris y Elmgreen & Dragset, mientras que otras remiten al lenguaje y a estados anímicos: Jonathan Hernández, Gonzalo Lebrija, Gabriel Kuri, Jason Meadows y Rosemarie Trockel.

Antihéroe es un núcleo que hace alusión al ambicioso y magistral programa mural de José Clemente Orozco realizado entre 1937 y 1939 en el Hospicio Cabañas y que tiene como tema la historia épica de México desde épocas prehispánicas y virreinales; culmina en su visión trágica de la modernidad coronado por el Hombre en llamas plasmado en la cúpula. En contraste con figuras y hazañas heroicas en la mitología y la historia, se subrayan las actividades banales y cotidianas, la mayor parte de ellas personales y sin impacto social de personajes comunes, ejemplo del cual son las series fotográficas de Rineke Dijkstra y Miguel Calderón, el autorretrato de Roe Etheridge, los retratos de Michel François, Esko Männikö, Diego Pérez y Anri Sala. Francis Alÿs brega con el tema de la originalidad y el artista como antihéroe en su políptico pictórico, Angus Fairhurst elimina la figura en su collage, Fernando Carabajal se concentra en lo absurdo escultórico, Jorge Méndez Blake lo hace en su elegía a Madame Bovary, antiheroína por excelencia. Slater Bradley magnifica el tema con su trilogía que aborda el doble, héroes juveniles caídos y las obsesiones del fan en la cultura juvenil.

Conversaciones e investigaciones en torno a la modernidad y posmodernidad -desde su definición hasta su obsolescencia como concepto que pueda categorizar nuestra era actual- continúan multiplicándose y generando polémicas. El núcleo Malestares de la modernidad reúne obras que abordan múltiples aspectos a manera de calidoscopio: lo personal y lo político, cultura visual, desarrollo urbano y arquitectura, deseo e ideologías. Entre los artistas están Doug Aitken, José Dávila, Andreas Gursky, Cyprien Gaillard, Liam Gillick, Patrick Hamilton, Gabriel Orozco, Damián Ortega, Thomas Ruff y Jeff Wall, entre otros.

Tema de especial actualidad es la vitalidad de la pintura. Los tópicos de abstracción, materialidad, historia e interdisciplinaridad en la pintura han sido candentes y polémicos en las últimas décadas, recibiendo atención en exposiciones, simposios y publicaciones.

En el núcleo titulado (básicamente) Pintura destacan pinturas, esculturas e híbridos de artistas que indagan su actualidad en variados lenguajes y tradiciones genealógicas: Will Berry, Gardar Eide Einarsson, Thomas Glassford, Alex Hubbard, Adriana Lara, Michel Majerus, ?Moris? Israel Meza Moreno, Sarah Morris, Anselm Reyle, Ugo Rondinone, Gary Simmons, y Rudolf Stingel, entre otros.

Sublime es un núcleo que magnifica el concepto romántico tan apreciado en los siglos XVIII y XIX por expresar de manera polisémica el sentido de una belleza contundente, arrasadora, fuerte y abrumadora, sensaciones muy cercanas a lo grotesco y visceral. En este núcleo obras de artistas tales como Mike Bouchet, Eugenio Dittborn, Daniel Guzmán, Mike Kelley, Martin Kippenberger, Paul McCarthy y Jason Rhodes, entre otros, articulan mediante varios lenguajes reflexiones sobre el enjambre de identidad personal y cultural, género, y subculturas cargadas de humor corrosivo e ironía en torno al cuerpo, generando atracción y repulsión sublime y grotesca.