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En realidad podríamos considerar a estos bebés como unos exquisitos juguetes para adultos, como ese capricho que se dan los "mayores" cuando adquieren una pintura o un estupendo grabado.

Realizados en polivinilo, plásticos y siliconas, con ojos de cristal, pelo natural injertado uno a uno, policromados con óleo y pinturas especiales semi transparentes para superficies sintéticas, vestidos con la más demencial colección de ropitas procedentes de una veintena de países, con sus peculiaridades estéticas en cada uno de ellos, da origen a la más diversa, divertida y heterogénea colección de pequeños seres: blancos, ... asiáticos, africanos, australianos, nórdicos, y cuantas razas, colores, rasgos anatómicos y expresiones puedan imaginar.

El montaje de la exposición, basado en 50 cajas-cunas de madera, pintadas de blanco y atornilladas a la pared en una secuencia lineal, produce la sensación de aquellas antiguas "salas nido" que podíamos encontrar en cualquier guardería ó sala de maternidad hospitalaria. 4 instalaciones mostrando a los bebés en actitudes reales completan la exposición, destacando un gran parque de madera de 2 por 2 metros, donde se encuentran recluidos y a salvo de achuchones unas 20 de estas increíbles criaturas.

Con una representación masiva procedente de los países de tradición sajona como Gran Bretaña y Estados Unidos, los artistas incluidos en esta muestra configuran un amplio mapa geográfico, con el denominador común del bebé como objeto de creación plástica. Alemania, Italia, Francia, Portugal, Bélgica, Holanda, Suecia, Noruega, Austria, Polonia, Escocia, Irlanda, Argentina, Uruguay, Islas Feroe, Hawai, China, Japón, Australia, y por supuesto España representada por 3 artistas María del Valle, Celia Lamas y Nélida Pasión.

Resulta difícil para el espectador contenerse ante estos pequeños seres, es increíble el nivel de atracción que generan, provocando sensaciones que sería interesante grabar en vídeo para comprobar las diferentes reacciones humanas ante objetos auténticamente provocadores.