ADN Galeria presenta una nueva exposición individual de Núria Güell en la que se ofrece al mismo tiempo una mirada completa sobre la trayectoria de la artista y la presentación de dos nuevos proyectos creados expresamente para la ocasión.
La inauguración tendrá lugar el 3 de junio de 2023, a partir de las 12:00, con la presencia de la artista.
Hasta principios del siglo XX la práctica artística quedaba definida inequívocamente por el medio –principalmente el dibujo, la pintura y la escultura–, con unos códigos y una historia que se podían conservar, desarrollar o transgredir. Pero cuando en 1917 Duchamp y/o Freytag plantaron un orinal en una exposición inauguraron un nuevo medio que pasó a ocupar un lugar soberano sobre los medios clásicos: el espacio expositivo. Todo aquello que el/la artista decidía exhibir en el espacio expositivo ya podía entrar en consideración como obra-de-arte. Ese nuevo medio se formalizó años más tarde...en la teoría del cubo blanco, y actualmente sigue siendo el medio dominante.
¿O no?
El medio no solo es ineludible para el artista, sino que el público, en su recepción, solo puede leer la obra a través del medio; solo puede entrar a la obra a través del medio; el medio es el umbral. Esto puede explicar el éxito del cubo blanco con su neutralidad impostada y ese carácter aséptico que promete el protagonismo material de la obra. Pero, ¿podemos decir, después de todo lo que ha pasado en lo que llevamos de siglo XXI, que el cubo blanco sigue reinando? Por ejemplo, ¿a través de qué medio se introduce el público en las obras expuestas en una feria o una bienal? ¿El cubo blanco sigue operando en su mirada? ¿Puede haber práctica artística sin medio? Si el cubo blanco ha perdido su hegemonía, ¿con qué medio estamos tratando? ¿Es la industria cultural el medio? ¿O lo es directamente el espacio público?
Un cubo más grande se ha tragado al cubo blanco, y ese nuevo cubo no parece ni blanco, ni neutral, ni mucho menos aséptico. Este medio no es otro que la propia institución arte. Museos, centros de arte, galerías, fundaciones, ferias, bienales… toda una estructura que restringe y promueve el devenir de la actividad artística en cada territorio. Esta institución arte, entendida como dispositivo, ha sido el medio con el que Núria Güell ha trabajado durante los 15 años de su trayectoria.
En los 51+1 proyectos que la artista ha llevado a cabo en este tiempo, se establece una constante negociación con la institución y la autoridad, quienes se ven desafiados, increpados o seducidos por la artista. Güell reflexiona sobre ello, atendiendo a las particularidades del dispositivo en cuestión, a los agentes involucrados y al contexto socio-político, y juega, tensa las cuerdas, aplicando una redistribución de recursos para darles un rumbo no preestablecido. La importancia de esta redistribución de recursos, provenientes de la institución, desmarca la obra de Núria Güell dentro del denominado arte político, adoptando formas diversas como la regularización laboral de personas ilegalizadas, la constitución de empresas en paraísos fiscales, otorgar la nacionalidad española a través del matrimonio a un cubano que lo anhelaba, crear una empresa fantasma como monumento popular y ofrecer su uso, permitir la salida de personas presas para trabajar como agentes de seguridad en museos o pagar la seguridad social de la artista durante los meses necesarios para cobrar su baja de maternidad. Si bien los resultados y consecuencias de estas operaciones pueden ser documentados o testimoniarlos, no constituyen la obra en sí misma. La obra no puede ser representada.
La institución artística como dispositivo es el principal medio con el que Núria trabaja, pero no es lo mismo trabajar para una institución como el MACBA que para el Bòlit de Girona, ni es lo mismo trabajar para un museo que para una galería. Son dispositivos distintos que operan de manera diferente. El dispositivo del museo y el dispositivo de la galería, aunque ambos pertenezcan al ámbito de la institución artística, requieren enfoques y acciones diferentes. En esta exposición, se presentan dos obras, Servicios Exquisitos y 51 statements y una demolición, que la artista ha creado ex profeso, utilizando y reflexionando sobre la galería como medio.
Con esta idea como motor principal, la presente exposición se propone mostrar un recorrido completo por la trayectoria de Núria Güell de la forma más acorde a su naturaleza escapista y displicente, como una práctica artística que se resiste a la artisticidad.
NÚRIA GÜELL
Nacida en Vidreres en 1981, un pueblo cercano a la ciudad de Girona, Núria Güell se licenció en Bellas Artes en la Universidad de Barcelona y continuó su formación en la Cátedra de Arte de Conducta de La Habana, Cuba. Su práctica artística intenta no dar respuestas definitivas, sino mostrar los conflictos y contradicciones que se dan entre diferentes realidades a partir del cuestionamiento de evidencias y convenciones morales. Sus obras, que se originan siempre en algún conflicto social o político, se componen de gestos y movimientos que escapan a la representación. Esto comporta normalmente una acción –legal o ilegal–, que involucra a otros entes e individuos –cómplices o no–, y hacer que estos se muevan en una dirección no articulada previamente.
Su obra ha sido mostrada en numerosas exposiciones en instituciones nacionales e internacionales, como Manifesta 14, Kosovo; Biennale Warszawa; CAC Brétigny, Brétigny-sur-Orge; Museo de Arte Contemporáneo de León MUSAC; y Museo de Arte Contemporáneo de Ciudad de México, MUAC, entre otras. Además, su obra está presente en los fondos de importantes colecciones e instituciones como el MiMA Middlesbrough Institute of Modern Art; el Moderna Museet de Estocolmo; o el Museu d’Art Contemporani de Barcelona MACBA.
Entrada actualizada el el 19 may de 2023
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