El Museo de Bellas Artes de A Coruña muestra un innovador proyecto artístico del pintor Roberto González Fernández titulado Observadores observados. Se compone de treinta y tres retratos masculinos que pertenecen todos ellos a la serie conocida como Doblemente vigilados, que el artista inicia hace ya varios años y de la que forman parte casi un centenar de retratos.
Los personajes de esta serie aportan variantes individuales de un mismo gesto común, tapar el rostro con sus manos a la vez que forman una W con los dedos dejando al descubierto la mirada. No es la primera vez que el artista recrea personajes que ocultan de alguna forma su rostro en un marcado gesto de introspección. Sin embargo, en esta serie deja al descubierto la mirada forzando reiteradamente la apariencia de la letra W del alfabeto que hace referencia a la omnipresente Web 2.0. Para desvelar una...reflexión sobre nuevos instrumentos socioculturales que atrapan al hombre actual. El artista y sus personajes devuelven esa actitud vigilante en confrontación a la vigilancia general de los sistemas de la red informática que nos conectan y nos observan.
Dicha serie es, igualmente, un ejemplo más de coherencia en su trayectoria artística al mostrar características y claves que están muy presentes en toda su producción, el carácter seriado en el sistema de trabajo o la representación del hombre como elemento fundamental del proyecto. Además, del lenguaje estético que parte del realismo y de su relación con las aportaciones plásticas que le proporciona el mundo de la fotografía. Para trascender, no obstante, la mera representación pictórica y dar forma a una idea sugerida a través del signo que representa la -W- creada por los dedos de los protagonistas.
Con la innovadora instalación de Observadores observados se propone un recorrido por el edificio y por una selección de obras de la colección permanente del Museo con las que comparten espacio personajes de la serie “Doblemente vigilados”. Que, observan algún cuadro de la sala entablando un sútil juego en el que se ve implicado el mismísimo observador/visitante. Creando en él, una sucesión de estados intercomunicativos que van de la duda al vínculo y al diálogo hasta que termina desentrañando su significación final.
Esta muestra permite al Museo convertirse una vez más, en espacio de experimentación, donde la pintura clásica y la actual se relacionan en un peculiar diálogo que genera nuevas lecturas y perspectivas sobre el arte, además de ofrecer la posibilidad de interactuar entre los distintos componentes que lo integran convirtiendolo en algo vivo. Rompiendo así con fórmulas más conservadoras que nos aproximan al fenómeno artístico desde una mirada mucho más rígida y convencional.
Por otra parte esta iniciativa brinda la oportunidad no solo de conocer el trabajo reciente de este artista gallego, sino de tener también una visión de su repertorio artístico anterior, al ser posible una imbricación de Observadores observados, con otra de sus serie secuenciales (On the move) creada en 1993 que posee el Museo. Contribuyendo así a difundir el trabajo de uno de los artístas actuales con una proyección que ha trascendido más allá del territorio gallego con obra en diversos museos y colecciones internacionales.
Entrada actualizada el el 19 jun de 2017
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