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La autora, que da a conocer una colección integrada por treinta acuarelas de distinto formato, ha centrado la presente producción en la interpretación de una serie de paisajes de Tenerife, generalmente, además de una serie de Bodegones,Paisajes, Marinas y flores, entre otros elementos de la naturaleza existentes en su entorno vital.

Florentina Pérez explicó, que en estos cuadros ha tratado de plasmar, además de la naturaleza, diferentes modelos de casas rústicas y antiguas que están diseminadas por la geografía tinerfeña, enclavadas en bellos parajes poblados de árboles y flores.

Según el crítico José Pedro Sabina, la pintora "se siente atenazada por el espejismo ... de una tierra exhuberante; sobrecogida por el peligro que encierran la luminosidad y el colorido de su entorno, por una floración viva y rica en múltiples matices".

La pintora tinerfeña Florentina Pérez es una declarada amante del paisaje isleño, además de otros temas relacionados con la naturaleza, como las flores, y la arquitectura típica de su tierra. Todos estos elementos están presentes en la exposición de acuarelas que desarrolla, hasta el próximo 30 de Septiembre, en el Museo del Pescador de Puerto Santiago, organizada por Arte Siglo XXI.

La muestra, conformada por una treintena de cuadros, refleja que a la autora le gusta captar en su obra una serie de motivos llenos de personalidad, actitud que confirma con la utilización de una amplia gama de colores que enaltecen cada uno de los elementos de sus composiciones pictóricas.

Con respecto a su color, Agustín de la Rosa, conocedor de su trayectoria creativa, asegura que Florentina Pérez "plasma íntegramente en sus cuadros la esencia de la luz y el color en todas sus posibilidades: rojos como los de las fresas, verdes como los de las palmeras canarias, amarillos como los de las farolas del mar, grises como los de la plata, además de anaranjados brillantes, cobaltos poderosos, violetas rojizo y azulado como eficientes colores de compañía..., todos ellos resaltados de forma impactante en unas y otras composiciones".

Para Manuel Pérez, la obra de esta artista es como una invitación a pasear por el paisaje insular, del que abstrae sus mejores aspectos, los que encierra la esencia de una identidad propia. Grandes casonas, patios florecidos, plazas públicas y calles se suman a las flores y bodegones que pueblan su producción.