La muestra de esta serie de dibujos supone una declaración estética para unir conceptos aparentemente opuestos: por un lado, la abstracción y el realismo y, por otro, una referencia a la naturaleza como fuente de la que emana todo el conocimiento. “La realidad es abstracta, la abstracción es real”. Sobre este paradigma se basa la construcción de las imágenes que pretenden ser una reflexión entre lo objetivo-mensurable y lo conceptual-ideal, de las cosas tal como son o tal como imaginamos que deberían ser. La característica técnica principal es la de trabajar de manera “indirecta”, ya bien sea por medio de plantillas, calcos, transferencias de pigmentos, aerografía…, utilizando, además, una diversidad de materiales tales como pigmento toner negro, lápiz, temple, acrílico, etc., construyendo, de esta forma, un conjunto de capas independientes que crean, al final, un todo.