Laura San Segundo se ha propuesto jugar una partida de ajedrez con Marcel Duchamp mientras flota sobre ellos la sonrisa cuántica del gato de Cheshire y se respira el aire de París encerrado en una ampolla de vidrio.
La contemplación de las imágenes de Laura San Segundo provoca la experiencia de una insoportable levedad que media entre lo observable y lo que el ojo ve representado. Quien observa intuye la existencia de algo indeterminado, imposible de describir a partir de la razón y la lógica. Ese algo indefinido y concreto es, al mismo tiempo, lo que Duchamp vino a llamar lo infraleve.
Lo infraleve, sensación donde reside la verdadera materia del arte, es imposible que sea descrita con palabras, solo se puede intentar expresar mediante ejemplos e intuiciones.
Según las notas dejadas por el artista, lo infraleve se halla en el jabón que resbala, en la sensación que deja una caricia, en un...rayo de sol que corta el humo, en el aliento vital sobre un espejo, en el calor del asiento que se acaba de dejar o en el sonido del roce de unos pantalones al caminar.
Laura, apelando a la razón poética, intuitiva y emocional, crea imágenes que describen el mágico fenómeno, a la vez efímero y permanente, leve y denso, tomándose el tiempo lento y pausado que precisa un movimiento de ajedrez.
Lo infraleve en Laura se encuentra atrapado entre los dos perfiles iguales y distintos de un rostro, en el gesto de unas manos, en un reflejo sobre la pared, en las sombras que dibujan los volúmenes de los pliegues de un papel.
Allá donde la razón no alcanza, un verso, una imagen o una música nos pueden descubrir una certeza que nos estremece, como un dardo que se nos clava en la médula.
Laura San Segundo ofrece imágenes limpias, silenciosas, reposadas, ligeras y hermosas, empastadas con exquisita sensibilidad estética, que consiguen ser catalizadoras de los infraleves, como bodegones de Morandi o la estela de un perfume.
La sonrisa del gato de Cheshire reaparece para contemplar el siguiente movimiento, táctico e inteligente, sobre el tablero de ajedrez, que son las fotografías construidas por la fotógrafa en este ensayo visual sobre el concepto de lo infraleve y que sustituye palabras por imágenes para generar nuevos ejemplos que quedan flotando enhebrados en el espacio-tiempo entre nosotras y las cosas que vemos.
¡Vale!, dijo el Gato, y esta vez se desvaneció muy paulatinamente, empezando por la punta de la cola y terminando por la sonrisa, que permaneció flotando en el aire un rato después de haber desaparecido todo el resto.
(Carroll, Lewis. Alicia en el País de las Maravillas)
Entrada actualizada el el 23 oct de 2019
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