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Oriol Sàbat presenta su obra más reciente en la Galería Fidel Balaguer de Barcelona. Éste es el período más dulce y maduro de su trayectoria pictórica. Masas informes, paisajes proféticos, rostros ensimismados, alboradas incandescentes, rocas volcánicas, troncos en erupción, cruces, tótemes, serpientes, ojos…. Reivindicar el universo plástico de Oriol Sàbat significa acercarse a los valores más genuinos de la creación artística. El pintor afirma su personalidad a través de un arte que podríamos entender como original porque ha sabido remontarse hasta los orígenes de la personalidad y de la ... naturaleza. De un lado mantiene una fidelidad obsesiva en la exploración de las formas misteriosas de su interior y por ello renuncia a toda influencia superficial. Su necesidad comunicativa se confronta solamente con la naturaleza y con una tradición artística de corte expresionista (que encuentra sus raíces en Miguel Ángel, pasando por pintores románticos como Blake o Turner y termina con los expresionistas modernos, desde Rouault hasta Baselitz), que el pintor considera y reinterpreta. Asimismo, Sàbat encuentra motivos de inspiración en los elementos más primigenios del mundo natural -el fuego, el agua, la tierra, el aire- en su estadio más caótico. Todo un universo en llamas que el pintor debe ordenar y expresar a través de la diversidad de disciplinas artísticas que domina, entre las que se encuentran la pintura, la cerámica, la escultura y la poesía.

Su obra se construye en la necesidad de controlar el caos natural y los sentimientos humanos, un hecho que formalmente se traduce en una lucha permanente entre los fondos de sus composiciones: planos, lisos, diáfanos, y las formas más desbordantes que sobresalen. Determinando las formas originariamente amorfas el pintor comunica, aspirando a un arte cada vez más simbólico y menos anecdótico. Unos símbolos que a pesar del esfuerzo de concreción, quedan ambiguos: misteriosas formas en tránsito entre lo informe y lo identificable que resultan poco comprensibles para la razón aunque con ellas sentimos y reaccionamos. Estamos ante una pintura que nos atrae e inquieta, por su violenta familiaridad.