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Cuadrados como rejas que tamizan el exterior como los hierros de un ventanal.

Laberintos flotantes que dirigen la mirada hacia oasis de luz que refulgen, que ciegan como el final de un túnel. La pintura se libera del soporte para flotar en el aire, nubes digitales que proyectan su sombra sobre paisajes rectilíneos, planos de lugares por construir, promociones de viviendas soñadas. Las leyes que se imponen como un canon en este espacio siguen los principios del arquitecto que siempre trabajo' para convertir el mundo en un lugar comprensible, en un signo aprehensible del que poder hablar. Cada color, cada forma, se ubica según una utopía científica y mística que parte del amor al viaje y al orden. El deseo de acercarse al misterio de hacer el camino sin necesidades de movimiento. ... El ángulo recto define una ortogonía, un lugar en el que los pecados del hombre se subliman en la diagonal, la línea indefinida e inconcreta. La vertical y la horizontal se convierten en metáforas de la lógica del ecosistema humano: tierra / cielo, pasado / futuro. Lo que somos encuentra su significado en el espacio intersticial existente entre todo aquello que no somos, los huecos entre la tierra y el cielo, el tiempo presente entre el pasado y el futuro, eso somos, ahí existimos. Ese ahí, campo de pruebas de la experiencia, como lugar para el arte, para la explicación racional y emocional de ese símbolo que es el mundo, nuestro mundo, cúmulo de intentos fallidos por acercarnos a Dios, a la parte de nosotros que reniega de la muerte y lucha contra ella a dentelladas de amor y de humor. Padre, hijo y espíritu santo; pasado, presente y futuro; infancia, edad adulta y senectud; 1, 2 y 3. La santísima trinidad se estratifica formando un trigrama musical en el que las notas se transforman en rectángulos de color y de luz que dialogan en laberintos abiertos. Al final todo es mentira, como el mundo, un cúmulo de malos entendidos, de errores de cálculo, de engaños perceptivos, de placeres fáciles y de deseos insatisfechos. Sólo hay un lugar donde la realidad se hace visible, donde se conjugan pasado y futuro, utopía y logro, belleza y verdad. Ese lugar es el arte.