Descripción de la Exposición ------------------------------------------------------- ------------------------------------------------------- Su último proyecto, 'Osama', consta de una serie de dos pinturas de gran formato y cinco acuarelas que abordan el asesinato del que fue el hombre más buscado del planeta. La inauguración coincide con el segundo aniversario de su captura y ejecución. Analizando las posibilidades del medio pictórico para construir relatos y cuestionando la naturaleza misma de la imagen como testigo de los acontecimientos históricos, Garraza reconstruye visualmente la operación que terminó con el enemigo público número uno de Estados Unidos el 2 de mayo de 2011. Un puñado de SEAL, enviados de madrugada a la localidad paquistaní de Abbottabad donde se escondía Osama Bin Laden, acaban con el jefe de Al Qaeda. El presidente Obama a las 23.30 (hora de la Costa Este) anuncia el resultado de esta operación que rápidamente se difunde por todo el mundo. Los escasos pormenores de esta acción militar se dieron a conocer en los días posteriores, generando todo tipo de reacciones. Garraza emplea un trazo cuidadoso y una puesta en escena muy controlada para reconstruir los momentos emblemáticos de la operación y de las distintas emociones que produjo el anuncio de la muerte de Bin Laden. Estructura un relato en el que se alternan imágenes de los medios de comunicación con la recreación de algunos momentos no filtrados a la prensa. Justamente a estos últimos Garraza dedica, parodiando la pintura de historia del siglo XIX, dos grandes lienzos donde vemos la ejecución de Bin Laden por parte de los SEALS y la escueta ceremonia fúnebre en el portaaviones 'USS Carl Vinson'. Dos cuadros cargados de dramatismo, cuya composición y realización imponen al espectador una lectura detenida. Mientras las imágenes que encontramos en los medios se consumen rápidamente, estas obras obligan a retener la mirada. Ampliando los tiempos de contemplación, el artista nos brinda la posibilidad de emanciparnos del papel de espectador pasivo para asomarnos a una observación más empática y consecuentemente crítica. Su dramatismo sirve de contrapunto a las reconstrucciones asépticas y desapasionadas que realizaron los principales medios. La segunda parte del proyecto consta de acuarelas dedicadas a las reacciones aparecidas en internet durante los días 3 y 4 de mayo. Garraza respeta la naturaleza de los originales pero al llevar al papel estas imágenes desarma una percepción presurosa. Mientras que las dos obras que componen la primera parte del proyecto se han concebido como recreaciones de sucesos de los que no existen testimonios visuales, las acuarelas surgen de imágenes ya existentes y aceptadas globalmente como auténticas. En esta dialéctica, entre lo real y la ficción, es donde habita el interrogante pictórico de Garraza, es decir, su posicionamiento frente al medio que emplea. Si es harto evidente que toda creación artística es un ejercicio de ficción, lo es igualmente asumir que su manifiesto artificio nos protege de engaños, de confundir estas obras con un espejismo de la realidad. Su naturaleza compleja impide un consumo rápido a la vez que propone preguntas sobre lo que estamos viendo y cómo se configura su significado. La meditación del artista sobre su medio expresivo nos ampara de caer en la 'apátheia', según Paul Virilio, 'esa impasibilidad científica que hace que cuanto más informado está el hombre, tanto más se extiende a su alrededor el desierto del mundo. Garraza reflexiona acerca del potencial crítico y emblemático de ciertas imágenes; desplazando la estética de la pintura de historia teje relatos que, despojados de toda superficialidad, indican las grietas de la narración impuesta como 'oficial'. El pintor explora las posibilidades de la pintura como lenguaje creativo actual y eficiente, capaz de asumir los retos que le impone el mundo contemporáneo. A su vez analiza la censura que despliegan los estados para decidir qué información debe ser transmitida a la población y cuál debe quedar oculta con la colaboración de medios complacientes. El artista indaga las imágenes que los informativos difunden copiosamente, a menudo instantáneas borrosas y descentradas, comúnmente aceptadas como testimonio fidedigno de la realidad, mientras que las imágenes que simulan lo real, construidas y organizadas con detenimiento, se reconocen como ficción. Sin embargo, es precisamente en este campo de resistencia donde Garraza cuestiona la construcción y la fruición de la información y de las imágenes, aguardando la llegada de un espectador sagazmente crítico. Kepa Garraza (Berango, 1979) empieza su carrera expositiva destacada en 2004 ganando diferentes premios y convocatorias que le permitirán producir y mostrar sus trabajos en diferentes circuitos nacionales e internacionales. Su obra se puede encontrar en diferentes colecciones públicas entre las que destacan la del Injuve o Museo Artium entre otras. La obra pictórica de Kepa Garraza supone una reflexión acerca del mundo del arte y su papel dentro de la sociedad. Con este metalenguaje y autoreferencialidad aborda con ironía posibles escenas ficticias que construyen escenarios satíricos, en los que se ridiculizan los estándares populares que definen el sistema del arte. Su intención no es solo la de cuestionar la legitimidad de este sistema, sino evidenciar su estructura débil y corrupta, reflejo a su vez de una sociedad en crisis.
Segunda individual de Kepa Garraza en Louis 21.
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Formación. 30 oct de 2025 - 11 jun de 2026 / Museo Nacional del Prado / Madrid, España