Eduard Malvehy es discípulo del pintor Josep María Morató Aragonés, de quien adquirió la vibración cubista que desprenden sus obras, se define a si mismo como un artista autodidacta. Y precisa que ha desarrollado su técnica y estilo inspirándose en la arquitectura de cada región que ha conocido mediente sus viajes alrededor de Euroa y América del norte. Perro cuando le pides un poco más, Eduard, una persona de voz discreta te dice "pinto les ciutats que estimo, en elles sento la seva harmonia, la seva bellesa, la humanitat en el més alt grau. La llum, el color i l’estil converteixen aquestes ciutats, grans i petites, en meravelloses obres d’art. A elles viatjo, en elles somnio.”  (Pinto las ciudades que quiero, en ella siento su armonía, su belleza, la humanidad en el más alto grado. La luz, el color y el estilo convierten estas ciudades, grandes y pequeñas, en maravillosas obras de arte. A ellas viajo, en ellas sueño.