El Museo Nacional de la Estampa y el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO), presentan la muestra individual de Enrique Chagoya (Ciudad de México, 1953), artista mexicano radicado en San Francisco desde 1977, la cual integra una selección de obras que, inscritas en el territorio disciplinario del arte gráfico, forman parte del amplio proyecto curatorial Palimpsesto caníbal, cuya totalidad alcanza otros derroteros disciplinarios y que ha sido presentado en distintos espacios museísticos de España, bajo la curaduría de Blanca de la Torre.
Se integran en la presente muestra una selección de “códices”, así como las ejemplares series y ediciones que reinterpretan las célebres estampas de Francisco de Goya y los grabados al buril de Francisco Agüera Bustamante que ilustran, estos últimos, la publicación La portentosa vida de la Muerte, impresa en la Nueva España en 1792. El imaginario creado por Chagoya da cuenta de una compleja reflexión crítica en torno...a la Historia y su escritura, la antropología, la política, la historia del arte, la geopolítica y el mestizaje cultural.
El Museo Nacional de la Estampa agradece el apoyo y disposición del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca, sede en la que originalmente se llevó a cabo la presente muestra; a Enrique Chagoya, Francisco Toledo, Sara López Ellitsgaard, al equipo del IAGO y a aquellos coleccionistas cuya generosidad hizo posible la presentación de esta muestra en este recinto.
Mi trabajo artístico es resultado de una fusión conceptual de realidades opuestas.
En mi obra integro elementos diversos, tanto de la mitología precolombina como de la iconografía religiosa occidental y la cultura popular estadounidense. Se trata de una colisión entre “proyectos históricos” —ancestrales y modernos—, entre paradigmas marginales y dominantes, como una tesis y antítesis que se vuelven síntesis en la mente del espectador. A menudo, el resultado es una narrativa no lineal con muchas posibles interpretaciones. Dependiendo del concepto específico decido trabajar con diferentes técnicas y en distintas disciplinas, como la pintura, el dibujo, el grabado, el video, la animación y la instalación.
Mis códices, por ejemplo, son una crítica a la afirmación de que la historia la escriben quienes ganan las guerras. Mi punto de partida fue la Conquista de América y la consecuente destrucción de la Historia escrita de las culturas antiguas. Sólo algunos “libros” precolombinos sobrevivieron la colonización española en Mesoamérica, única zona geográfica del continente en la que, según algunas fuentes, existieron “bibliotecas” antes de la llegada de los españoles, como la del reino de Texcoco, creada por el rey y poeta Nezahualcóyotl. Dicha biblioteca ha sido descrita por historiadores indígenas como la más grande del mundo prehispánico.
Los hechos históricos son borrados, destruidos o enterrados en el olvido. Una nueva historia “oficial” es inventada para justificar la nueva realidad. En el devenir histórico unas culturas conquistan a otras, las transforman y, a veces, las destruyen en su totalidad. El mapa del mundo es interminablemente re–trazado y re–nombrado con nuevas reglas y nuevos gobernantes en holocaustos recurrentes. A partir de esta perspectiva, en la que la Historia es una construcción ideológica, he decidido inventar un recuento de muchas “historias” posibles —desde Hernán Cortés y la Conquista de Mesoamérica; las migraciones y la patrulla fronteriza, así como las guerras contemporáneas— a través de mi lenguaje visual. En él, entremezclo la mitología precolombina con íconos católicos, personajes de las historietas norteamericanas e imágenes de estereotipos étnicos. Mis códices están hechos generalmente en el mismo tipo de soporte –el papel amate– usado en los libros mesoamericanos antiguos. Basado en el mismo concepto he realizado también una serie de pinturas de gran formato sobre ese material.
¿Qué tipo de arte se hubiera creado si lo opuesto en la historia hubiese ocurrido? Esta interrogante es una constante en mi reflexión artística, no sólo en aquellas obras sino en otras series —como en Homenaje a Goya (1983–2003)— que se inspiran en mi concepto de “antropología inversa”. Creo que mi trabajo puede describirse como un producto lateral, una reflexión artística de lo que llamaría “una historia del arte occidental y una antropología en reversa”, contrario a lo que sucede cuando el artista europeo se apropia de expresiones artísticas de culturas de excolonias, por ejemplo, Picasso, quien representó formas propias del arte africano en pinturas cubistas como Les Demoiselles d’Avignon.
Entrada actualizada el el 31 dic de 2015
¿Te gustaría añadir o modificar algo de este perfil?
