El artista Pedro G. Romero plantea toda una serie de analogías entre los modos de producción del arte contemporáneo y los del flamenco, encontrando numerosas similitudes en la comprensión del arte como un "continuum" de transmisión de tradiciones y códigos que van siendo modificados poco a poco por el uso común y por el reconocimiento de la condición anónima y comunitaria de la base que fundamenta los discursos a lo largo de su evolución histórica y social.
Lo que se enseña en esta exposición tiene que ver con el flamenco. De alguna manera, Romero ha estado trabajando en este campo desde antes de 1998 cuando Israel Galván estrenara Los zapatos rojos en la Bienal de Flamenco bajo su dirección artística.
Al fondo de esta muestra -la primera colaboración que hace Romero en Alarcón Criado- se encuentra Las sabias, el trabajo que protagoniza la imagen gráfica de la XX Bienal de Flamenco de...Sevilla. Una obra de teatro expandido que supone la ampliación de las prácticas habitualmente desarrolladas en este soporte visual que es la cartelería.
Pero no es el contenido de Las sabias el protagonista de la exposición. Pedro G. Romero propone, con la colaboración de Javiera de la Fuente, Marco de Ana y Editorial Athenaica, convertir la galería en un espacio de experimentación, acogiendo ensayos, lecciones y aprendizajes de flamenco. Con un tablao, unos espejos, unos bancos en los que sentarse, se invita al visitante a detenerse y entender algo de lo que puede significar abrir un espacio al mundo del flamenco, un mundo que ya es un arte de montaje, un arte de experiencia equiparable con las corrientes artísticas vanguardistas y contemporáneas, tal y como el propio artista viene postulando a lo largo de su extensa trayectoria.
Acompañando esta experiencia se reúnen también una serie de piezas, cruces ocasionales entre los trabajos del Archivo F.X., el proyecto que Pedro G. Romero viene desarrollando desde finales de los años 90, y estas zonas de lo flamenco:
Estarán Los mandamientos, obra que realizó junto a Israel Galván, poniendo en relación el Decálogo de Vicente Escudero con las leyes bíblicas que prohibían toda representación de los divino en imágenes; Las marianas, una grabación en disco de vinilo con documentos referidos a la fabulosa e irreverente Saeta y Mariana del cantaor El Mochuelo, interpretado por Cristian Guerrero, Tomás de Perrate y Niño de Elche; Los excéntricos, el remontaje de una escena de Deprisa, deprisa (Carlos Saura) cuando los protagonistas visitan las ruinas iconoclastas del Sagrado Corazón de Jesús de Getafe, centro magnético de las Españas; Los palos, trabajos de carpintería que incorporan letras del acervo tradicional flamenco, del tipo “la retamas de los caminos se separan por montones, unas sirven para hacer santos, otras para hacer carbones”; o, finalmente, Los imagineros, piezas que siguen al pie de la letra las instrucciones que daba Juan El Camas cuando, por ejemplo, tomaba una foto de la Virgen del Rocío, la besaba, la rompía violentamente en cuatro o cinco pedazos y repartía los rotos entre sus acompañantes para que los guardaran como un vínculo entre ellos, un vínculo de por vida.
Ya vemos, nada nuevo, nada que no evocaran ya Antonio Machado, Juan de Mairena y Jorge Meneses en su famosa `Máquina de trovar´, trabajos insertos en una tradición que tiene ya decenas de años, viejos saberes que se muestran ajustados a su espacio de producción original, señas de identidad de los cualquiera, justo eso.
* Agradecimientos a Javiera de la Fuente y Marco de Ana así como a todos los artistas que van a participar en la programación de ensayos a lo largo de la exposición; a Sergio Rojas Marcos, a Filiep Tacq, Fran Mora y los artistas Cristian Guerrero, Tomás de Perrate y Niño de Elche, por su colaboración en Las Marianas. Agradecimiento especial a las compañías SONY MUSIC SPAIN y FINSA por su implicación desinteresada en el proyecto.
Entrada actualizada el el 13 sep de 2018
¿Te gustaría añadir o modificar algo de este perfil?
