Lo leí anoche y lo olvidaré de nuevo. La vida misma es un tejido continuo de acontecimientos, sin ninguna trama; solo nuestro esfuerzo literario la convierte en una colección de pequeñas o grandes historias. Alguien consignó esta misma evidencia reconociendo la vida como esencialmente idiota, incapaz de obedecer a ninguna razón.

La ausencia de un relato articulado y disciplinado a una lógica de progreso significa, a fin de cuentas, que no hay un punto de salida ni una llegada precisa. Las cosas se suceden sin avance. Terminó el sueño sobre el día de mañana.

En 1920 Duchamp ideo el artefacto idiota Revolving glass plates que, de algún modo, materializaba estas convicciones. El aparato hacia girar los platos creando un efecto visual inquietante de puro movimiento acumulado, sin relato alguno, sin más historia que la colección de giros.

Lo mismo sucede en la mayoría de los trabajos de Rafael Rozendaal. En Vai Avanti (2006) ... supuestamente avanzamos sobre un pasaje interminable de colores; pero sin destino donde reposar. Sobre este fondo casi psicodélico se proyecta Big long now (2006) ¿Recuerdan que el mismo Duchamp se hizo construir en su apartamento parisino una puerta que comunicaba el estudio con el dormitorio y, simultáneamente, con el baño?. Abrir una estancia suponía cerrar otra y viceversa. Cada apertura, al tiempo que abre una situación, cancela otra. De nuevo no hay ningún argumento. Como la idiota vida misma. Ahora, el mismo juego se repite infinitamente con estas puertas: por más que se gire la página solo aparece un libro sin texto, como la vida misma. Es literalmente nada lo que soporta los acontecimientos; no hay fondo; en el mejor de los casos este aparece solo cuando una melancólica noche gotea sus tristezas sobre esa nada (I am very very sorry, 2006). Lo siento, lo siento mucho, solo pequeñas y breves historias para nuestra colección de ilusiones.

Solo efímeras y pequeñas historias, sin solución de continuidad, sin biografía. Piece by piece. Esta escasa posibilidad de alteración del movimiento in-quieto de los platos duchampianos es, en efecto, plausible. Pero ello exige, de forma inapelable, una negociación, una complicidad entre instancias distintas que acuerden la ruta por donde construir esas leves historias. El giro pudiera rodar más allá de si mismo siempre que la suma de sus ilusiones no sea antagónica. Esta es la sugerencia del proyecto SUMO ideado por Miquel Garcia,

La marca SUMO presenta ahora la colección PRESENT (regalos de hoy y para hoy) especializada en estas precarias exigencias de movilidad; ya sea esta de escala humana (las zapatillas) o de tracción mecánica (la bicicleta y el automóvil) El aporte de la colección consiste en ofrecer unos instrumentos acordes con el imperativo de cualquier voluntad de movimiento: la decisión sopesada entre todas las direcciones posibles. Ya no hay ningún libro de ruta establecido que garantice la llegada a puerto. Todos los destinos son factibles, pero es imprescindible negociar el esfuerzo entre las diversas opciones sobre las que podríamos construir historias. De lo contrario el choque energético suma cero (SUMO). Pequeñas historias personales o políticas, una a una, sobre ninguna trama, sin más fondo que nuestro acuerdo. La literatura hilvanada a pedales.