El proyecto Pietà se inspira en la obra de arte renacentista de Miguel Ángel y plantea una relectura de las cárceles peruanas y los sistemas que funcionan en ellas.
Las prisiones, como uno de los dispositivos regulatorios de conductas en una sociedad disciplinaria, operan una de las herramientas capitales del panóptico: la existencia constante de una mirada que vigila a los reclusos. Por su parte, la caracterización física puede ser entendida como el acto de identificar atributos peculiares de un patrón de conducta, de manera que se busque distinguirse de o esconderse en él. Se opera mediante la observación precisa de aspectos, gestos, maneras de hablar y, así, se asumen señas, posturas y maneras de articular.
Pietá, exhibición de Alexander Neumann, enhebra un corpus de fotografías con estos conceptos. Da a ver piezas que trabajan sobre el engranaje del dispositivo carcelario, como paisajes y vistas de su ubicación geográfica, tomas del edificio,...presencia de vigilantes, y, principalmente, retratos de reclusos de diversos recintos que, en este caso, e se involucran en el desarrollo del emprendimiento Pietá, como, por ejemplo, en San Juan de Lurigancho. Neumann fotografía varones que posan deliberadamente ante cámara, que asumen una afectación, una extranjeridad transitoria basada en la observación minuciosa de un modelo y que buscan camuflarse en modos de comportamientos esperables y esperados: mirada dura, gestos adustos, poses viriles, actitud altanera… Retratos de medio y de cuerpo entero de hombres en posiciones diferentes y similares a la vez, con la cara surcada por sombras que muestran operatorias del proceso de asumirse en un disfraz.
A su vez, fotografías de la arquitectura del penal y de una dinámica de convivencia con los vigilantes sostienen el contexto de este proceso de construcción de máscara. Los retratados son reos de delitos menores o convictos con penas reducidas por su buena conducta. La propuesta de fotografiarlos en el recinto carcelario muestra las maneras de asumir la construcción de un personaje. En este sentido, Niño vampiro Eduvar, el vampiro geometrizado, el niño que exhibe la operatoria del disfrazarse, y sus implicancias, en un ámbito donde la mirada que vigila debería ser invariable, resulta ser una pieza síntesis en esta exhibición que analiza estrategias del mirar y ser mirado dentro del sistema carcelario.
Sebastián Vidal Mackinson
Entrada actualizada el el 13 abr de 2016
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