"Fallopia Japonica" es el nombre técnico de una planta. Todavía no muy conocida en España, sólo podemos saber de ella a través de la nomenclatura técnica que se usa en biología para clasificarla; sin embargo, en otros países, es conocida con distintos nombres, entre ellos Japanese Knotweed. La popularidad que la ha hecho merecedora de un nombre común fuera de nuestras fronteras no se debe a su belleza o a propiedades curativas, sino a que se trata de una especie invasora que nace en las grietas de los pavimentos con un sistema radicular invasivo que, junto con su fuerte capacidad de crecimiento, la hacen capaz de dañar las bases de cemento de los edificios, las defensas contra inundaciones, las carreteras, los muros de contención y los sitios arquitectónicos. Resulta paradójico pensar que en medio de una crisis climática producida por un sistema económico que tiene en la especulación urbanística uno...de sus pilares, una pequeña planta invasora pueda destruir edificios.
Planta, Alzado, Raíz de la artista española afincada en Londres Saelia Aparicio opera dentro de este tipo de paradojas, usando un sistema simbólico muy particular para tratar de representar, pero también de digerir, una realidad amarga. La artista crea para esta exposición un universo que nos invita a imaginar con ella, tejiendo un ecosistema de personajes y situaciones que nos acerca sin guiarnos a esa cosa fascinantemente rara que es el presente. Desde las especies invasoras, pasando por la crisis climática o los problemas de la vivienda, la obra de Aparicio navega por este presente a base de susurros, sin grandes declaraciones, sino hablando a través de los materiales, de los objetos que construye, de sus formas, generando en el espectador un deseo de imaginar con ella y pensar otros futuros juntos.
Sus esculturas, dibujos, vídeos e instalaciones conforman un mundo ficticio en The RYDER Madrid que se filtra por las grietas del ideario colectivo para existir entre una cosa y la otra, presentando cuerpos híbridos construidos de materiales llenos de carga semántica, en los que lo humano y lo no humano se entienden a través de formas y no de palabras. El lenguaje que Aparicio crea para esta exposición habita ese lugar intermedio en el que una planta acaricia a un cimiento, en el que una casa vacía siente el calor de los cuerpos que no puede alojar, en el que lo terrorífico se expresa con humor para desestabilizar nuestra percepción y llevarnos de viaje a otro lugar en el que operan otras reglas, en el que podemos ser plantas y cemento, en el que podemos ser esporas o microplásticos, solo tenemos que dejarnos llevar.
Entrada actualizada el el 06 dic de 2019
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