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Frente a la ciudad de la arquitectura, esta muestra propone llevar a AlhóndigaBilbao el espacio de la ciudadanía. Frente a los monumentos, la calle. El triunfo de la arquitectura está en su uso cotidiano. Por eso es importante dar a conocer una ciudad que ha sabido crecer más allá del edificio que, convertido en monumento, la ha resucitado. La reconquista ciudadana demuestra que, por encima de los políticos, gestores, arquitectos o empresas inmobiliarias, las personas son los que hacen latir la ciudad, las que, sin mandar, acaban decidiendo. Las que dan vida a su entorno más directo. Sin el uso que le ... da la gente, la arquitectura deviene mausoleo. Sin embargo, los barrios periféricos y centrales de Bilbao demuestran cómo la famosa transformación de la ciudad excede la reputación de su museo internacional y mantiene su pulso en la calle.

Como las ciudades y la sociedad, la arquitectura atraviesa un periodo de transformación. Si los arquitectos tradicionalmente protestaban ante la incomprensión, la tergiversación y hasta la deformación de sus propuestas a manos de los ciudadanos-usuarios, Bilbao demuestra cómo se puede invertir ese proceso. Aquí son las acciones ciudadanas, la vida cotidiana, la que mide la calidad de la arquitectura. La ciudad se ha transformado, también la vida ciudadana, y, como la propia sociedad, la arquitectura se ha abierto, ha roto su endogamia y también vive mejor, con una más amplia razón de ser.