Exposición de obra gráfica "He estado con los monjes más antiguos, pintores y creadores de mitos, que escribían historias tranquilamente y dibujaban las runas de la gloria." Rainer María Rilke Demasiado ruido. La costumbre se ha convertido en cacofonía y, sin que nos hayamos dado cuenta, nuestra vida se resume, muy a menudo, en vociferantes alusiones y aullidos inarticulados que ni explican nuestra historia, ni conforman un espacio narrativo que se acomode a nuestra vivencia. Ante un paisaje abrasivo y tronante como el actual, al artista sólo le queda el territorio del silencio para desarrollar su práctica. Es en ese país, al que uno siempre llega en calidad de extranjero, donde anidan todavía los dioses de antaño y las figuras ideales, a modo de primitivos ídolos apenas recordados. Es a este territorio hacia donde escapa Miguel de Unamuno en la colección de estampas expuestas en el Taller de Grabado José...Rincón. En estos grabados, vemos la inquietud ante la saturación y el ruido ambiente, que carcomen la vida con su exceso de signos hueros. También encontramos en ellos la calidez del surco de tinta que ordena un rostro, articula un cuerpo y nos recuerda las primitivas muescas hechas por unos ancestros a quienes ya no reconocemos, perdidos como estamos en el sueño de la razón. Al transitar por estos grabados, se tiene la sensación de estar recuperando un mundo antiguo que nos interpela. En su callada modestia, creemos adivinar ecos de Pompeya, del Indo o de Lascaux. En ellos, la figura humana, la cabeza que surge de lo profundo, en calidad de depositaria de principios rectores, o la estatuaria como testigo del paso del tiempo, adquieren naturaleza de categoría. Aunque hemos hablado, más arriba de huida, tal vez deberíamos hablar de regreso si queremos ser más precisos. Al final, no podemos olvidar que el silencio es patria y territorio de hombres y mujeres, frente al martilleo maquinal que se nos ha impuesto como condición obscena de progreso. En este regreso Unamuno, además de armonía, parece querer dejarnos la clave para una íntima revuelta, mientras sus figuras se ensimisman, se reclinan, se contemplan y se aman bajo un sol primordial, tan ajenas a todo y, a la vez, tan presentes en lo humano. Karpov Shelby
En los grabados de Miguel de Unamuno, vemos la inquietud ante la saturación y el ruido ambiente, que carcomen la vida con su exceso de signos hueros. Encontramos en ellos la calidez del surco de tinta que ordena un rostro, articula un cuerpo y nos recuerda las primitivas muescas hechas por unos ancestros a quienes ya no reconocemos.
Imágenes de la Exposición
QUEDA EL SILENCIO imagen 1
Entrada actualizada el el 26 may de 2016
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