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Con Quo Vadis como título para la exposición, Eva Choung-Fux no cita ni la película de Hollywood con mismo nombre ni el Evangelio de San Juan 13,37 en el que Simón Pedro pregunta al señor: 'Domine, quo vadis?' Hace ya tiempo que la pregunta forma parte de nuestro lenguaje común, sin por ello perder su significado existen­cial. Durante las pasadas décadas Choung-Fux ha incorporado esta cuestión en sus trabajos y la ha confrontado, en primer lugar, con ella misma. Sus trabajos no son un cuestionamiento distanciado sobre realidades visuales. Son más bien expresio­nes de una biografía artística, que como un espejo, dan respuestas a la artista. La artista incorpora al observador en este diálogo.

Los títulos de las obras individuales, recogidos en ciclos, son un intento de juntar las posibles respuestas a esta misma cuestión. Es sabido ... que en el reino de las imáge­nes cada pregunta se conecta con una diversidad creativa, como garantía de un proceso creativo libre. A la artista le encanta esta búsqueda de posibilidades, que al final, en sus grandes o pequeños ciclos, logran expresar más verdad que una sola imagen lo haría desde el punto de vista del realismo fotográfico. La artista tampoco transmite este realismo sencillo en sus trabajos puramente fotográficos.

El arte es para ella una construcción lingüística que va más allá de las palabras y de la experiencia visual espontánea. El ojo se convierte en cómplice de la mano y del pensamiento que se forma al crear. Esto le podría haber llevado a una reproducción pictórica narrativa dada la experiencia de la artista con la técnica de impresión y sus posibilidades de repetición, creando pequeñas diferencias sobre la tabla de impre­sión. Sin embargo, la artista trabaja desde el predominio del pensamiento y la experiencia. Cada una de las obras lleva un trasfondo existencial lleno de connota­ciones de la biografía y trayectoria de Eva Choung-Fux.