La necesidad constante del artista de traer al mundo, de hacer visible lo que para otros es invisible requiere como condición sine qua non la entrega apasionada al arte. En un libro de citas recopiladas por Fernando Zóbel, una de ellas decía algo así: ser poeta con veinte años es ser joven. Juventud y creación van de la mano. El joven, con ansias de crear, necesita del 'MAESTRO que le sugiera', como aclaraba Emilio Lledó en una conferencia en la Juan March. Y hablaba del maestro y no del profesor, porque el maestro ofrece algo más de lo que exige el sistema. Como docentes hemos de andar con pies de plomo. Si se mata esa pasión en los alumnos, se anula de un solo golpe la capacidad creadora que acompaña por naturaleza a su juventud.

Por suerte, de ... vez en cuando, de entre estos chicos víctimas de un sistema que los convierte en des-apasionados, alguno se empeña en mantener viva y visible su joven llama, como es el caso de María Reyes Fernández que lucha por mantener su propia pasión. En este sentido, nuestra joven se convierte en una posible esperanza para cientos de jóvenes faltos de creatividad pero conscientes de que la necesitan, de que necesitan algo para soportar la existencia.