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La muestra que se representa en esta veintena de obras hace un recorrido por distintas etapas de mi pintura. Son varias y variadas las temáticas, las texturas, los conceptos. Sin embargo predomina una forma, un hacer casi invariable. Es decir, predomina el extraer con dulzura, y a veces pasión, los sentimientos. Se ofrecen temas, casi constantes, como las geometrías de fondo, representación de los ensueños, de la protección. También las estructuras de arcos, ventanas, salidas a la naturaleza. Disfruto con la naturaleza y así pretendo que se aprecie en mi obra. Es muy frecuente encontrar animales reales o imaginados, objetos cotidianos y sobre todo figuras, rostros anónimos que representan personajes generalistas sin especificar a nadie en concreto.

Me gusta jugar, sonreír al espectador, comunicar con el que mira. Quiero trasmitir ... belleza, delicadeza, modernidad y recreo. Persigo disfrutar, y si, los que ven mi pintura disfrutan minutos o años viendo mi obra, el triunfo está conseguido.

Para mí el trabajo, la búsqueda, el querer conseguir más, llegar a más, dialogar más y mejor es mi meta. Y me refiero a un diálogo con los colores, con las formas, pero también con los temas.

En ocasiones, también introduzco objetos o signos que tienen un significado particular. Intento jugar con el observador, que dichos signos pueda adivinarlos o no. Normalmente, es un juego sencillo, sin ofensas, acogedor y casi sin provocación. El fin, digo de nuevo, es que disfruten y se relajen ante la obra.

Considero que es fundamental que la estética tenga un equilibrio, para así trasmitir paz, armonía, descanso mental... En esta ocasión invito a recorrer ese mundo de la tranquilidad que pretendo reflejar.