-------------------------------------------------------

-------------------------------------------------------

En las grandes urbes, los jardines y los parques son pequeños oasis, tan preciados como escasos, en los que recuperar el contacto con el latido de la naturaleza. El jardín es un espacio donde descubrir innumerables pequeños misterios para los que saben observar con ojo atento: en la tela de araña que brilla al sol los insectos quedan atrapados; en el estanque el renacuajo se transforma en rana; en la rama del árbol se oculta el huevo que protege un pajarito en su interior... Vida y muerte están presentes en el jardín de una manera mágica.

Esa vida que bulle en el jardín ... y que todos de niños hemos explorado es lo que trata de reflejar la ilustradora afincada en Barcelona Candela Ferrández Faci (Zaragoza, 1979) en su exposición 'Regreso al Jardín', que podrá verse del 9 al 30 de noviembre en el espacio artístico Habitar la Línea del madrileño barrio de Lavapiés. Ferrández presenta cuarenta ilustraciones a color que en su poética sencillez nos trasladan a aquellos tiempos felices en los que éramos capaces de tumbarnos sobre el suelo y acechar durante horas para descubrir el insecto más asombroso o la flor más bonita. La ilustradora, que en los veranos que pasó de niña en el Pirineo aragonés no se separaba de su cazamariposas, nos invita a entrar en la exposición, 'viajar al tiempo de la infancia y redescubrir el misterio que hay al final de una hilera de hormigas'.

'Cuando era pequeña -explica la artista- los jardines eran lugares fascinantes para mí, como supongo que para la gran mayoría de los niños de ciudad. Me pasaba horas buscando bichitos, recogiendo hojas y palitos... Ver una rana, una lagartija o un polluelo caído del nido era una auténtica fiesta. Mis ilustraciones y pequeños exvotos representan un retorno a lo misterioso, a lo atávico que late en la naturaleza. En definitiva, al jardín perdido'.

Con esta muestra, en la que presenta también pequeñas esculturas de animales encerradas en fanales y frascos con clorofila, la autora pretende también hacer un guiño al clásico museo de Historia natural decimonónico, que, como alguno de los animalillos que ha dibujado o modelado, está en peligro de desaparecer. 'En esos museos convive lo extraño con lo científico. Al recorrer sus pasillos y mirar los animales congelados en sus vitrinas sientes que, de alguna manera, has viajado en el tiempo'.