A veces los fuegos de artificio de una técnica novedosa logran desviar la mirada de lo relevante y sustancioso. En todos los ámbitos esto se ha visto mucho últimamente, protagonistas más preocupados por los efectos que por los contenidos. Por eso ante una técnica poco usual lo primero que me pregunto es si su uso está justificado.

Andy La Morticella utiliza una técnica novedosa.

Empezaré por resumir el resultado de la técnica que la artista aplica en sus trabajos.

Las obras que vemos en ?Reina Selva? pueden inscribirse desde lo formal dentro de una figuración clásica, respetuosa de ... la mímesis de la realidad. Estas formas son construidas con telas, de las que comúnmente se comercializan para la confección de indumentaria o tapicería. Preferentemente utiliza telas de décadas pasadas que rastrea con afán y perseverancia. La combinación de diversos estampados para llegar a las formas consigue un colorido contundente. Al mismo tiempo el recorte entre fondo y figura puede volverse confuso y exigir un esfuerzo del espectador para ser puesto en foco. Este juego tanto incomoda como aporta una dinámica visual que invita a recorrer la obra atentamente.

Las imágenes representadas en las obras son tomadas de fotografías y corresponden a familiares o amigos de la artista, ni desconocidos ni paisajes.

Para conseguir este resultado la técnica que desarrolla Andrea consiste en superponer varias capas de telas y dibujar con un bisturí sobre ellas, así capa tras capa es recortada con la forma deseada. Los recortes elegidos forman un encastre perfecto que determinan la composición final personal. Seguramente la habilidad que la artista demuestra con las telas ha sido transmitida por su madre, costurera de las que ya no abundan.

Se hace evidente la armonía existente entre la elección de la técnica, los materiales utilizados y la temática elegida. Memoria, recortes, afectos, retazos, herencia?formas y figuras difusas.

Con pericia y belleza Andy se ha propuesto la ardua tarea de marchar tras las huellas de lo efímero.