El fotógrafo alcantarino Remigio Mestre Hurtado nace en 1914 en el seno de una familia acomodada de artesanos y comerciantes. Desde muy joven manifestó un despierto interés por la fotografía, que le hizo evolucionar dentro de ese medio de expresión artística hasta convertirse en un gran profesional.
Viajero poco frecuente en los primeros años que le toca vivir, recorre España, Portugal y otros países europeos recogiendo sus muestras gráficas, ocasionales en las diferentes regiones españolas y Europa, pero muy sistemáticas en el entorno de Alcántara y en la práctica totalidad de las comarcas extremeñas, sobre todo en la provincia de Cáceres.
De esta forma, Mestre consigue atesorar documentos visuales de gran interés y de notable valor histórico y antropológico. Sus fotografías nos muestran, además de crudos retratos psicológicos de personajes de la posguerra española, objetos cotidianos, aperos de labranza, talleres artesanales, rituales, costumbres, paisajes etc.; temas que con el paso del tiempo...han adquirido un gran valor al ser el reflejo de obras humanas y situaciones extintas hoy día. Su colección constituye sin ninguna duda una fuente inagotable de información sobre la historia reciente de Extremadura y de su patrimonio natural y cultural y, por tanto, es un elemento sustancial para la memoria colectiva, tan escasa de recuerdos materiales sobre un periodo fundamental de nuestra Historia que debe ser aleccionador para las futuras generaciones.
Su legado, además, consta de cuarenta y siete cámaras que por su formato, mecanismo, diseño y antigüedad tienen gran relevancia, no exenta en algunos casos de rareza y estimación en términos de coleccionismo. Podemos destacar en este sentido un ejemplar fabricado a mano y firmado por el Dr. R. Krügener con una antigüedad de más de un siglo, y otro, también de fabricación alemana de antigüedad similar, construido en madera, con un juego de tres objetivos.
Ambas piezas constituyen sin duda dos valiosos recuerdos del periodo arcaico de la fotografía. Existe un segundo grupo de unas quince cámaras de fuelle, también muy antiguas, como Kodac, Kinas, Balda-Baldinette o Franka y otras más modernas. De todas ellas se conservan más de 35.000 negativos en blanco y negro, más de 2.000 en color, más de 12.000 diapositivas y 30 rollos de películas en super 8.
De toda su producción hemos recogido una pequeña muestra referida al mundo femenino que hemos querido mostrar en esta exposición titulada: “La mujer extremeña en los años del silencio”. Recorreremos a través de las representadas las décadas de 1930, 40 y 50; años que fueron difíciles para
todos, pero especialmente para el género femenino (cambiar por: para este género) por el simple hecho de su condición natural. Mestre, ha sabido profundizar en sus almas con maestría, llegando a captar a través de sus ojos, las posturas corporales y la colocación de las manos, el miedo y el sometimiento social en el que transcurrían sus días. Presenta también a una mujer soñadora, cómplice con las de su género, objeto de belleza y por encima de todo maternal, símbolo máximo del papel que le asignan en esos años. La dureza del periodo franquista está marcada en cada pliegue de la piel de las fotografiadas, no se necesitan palabras, las imágenes hablan por sí mismas.
Vivieron en una cárcel sin rejas y ahora gritan desde el más allá a través de las instantáneas de Remigio Mestre para que sus hijos y nietos nunca olvidemos.
Entrada actualizada el el 31 mar de 2023
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