Descripción de la Exposición ------------------------------------------------------- ------------------------------------------------------- La leyenda del origen del dibujo, narrada por Plinio el Viejo, también podría servir para ilustrar el nacimiento del retrato. La joven corintia Dibutade dibujó el contorno de su amante sobre una pared a través de la sombra proyectada por una candela. Sólo era una silueta, pero ejemplifica perfectamente una necesidad irrefrenable de apropiación. Y es que a modo de instinto, como si de una pulsión vital se tratase, el ser humano siempre ha buscado mantener en la memoria la pervivencia de un presente intenso, y en este sentido, no hay sensación más fuerte que la de intentar preservar la imagen de los semejantes. Al fin y al cabo, el ser retratado pervive. Esta necesidad se aprecia incluso antes de los retratos funerarios de El Fayum en Egipto, ejemplos de vida tras el paso por la barca de Osiris, y es que la efigie también sirvió para representar los símbolos del Estado, como los retratos de los reyes persas en el siglo V a.C. y su posterior acogida por Alejandro Magno. La evolución del retrato a través de los siglos refleja, obviamente, el componente social de este tipo de producciones, pero también el fiel reflejo de los usos y costumbres de la época. Por tanto, un retrato de Tiziano no tenía nada que ver a la producción de Velázquez; no sólo porque estamos hablando de vestimentas, accesorios o arquitecturas propias de un momento concreto, sino que la tipificación del sujeto consistía en una imagen social -proyección del sujeto- distinta. Por ejemplo, en los retratos eclesiásticos y nobiliares de los siglos XVII y XVIII se adjuntaba a la efigie del sujeto una cartela que explicaba sus títulos y rangos. Eran representaciones destinadas al público, a lo social; pero también tenía cabida el retrato íntimo, aquel en el que principalmente las miniaturas permitían salvaguardar a la persona de los ojos curiosos. Sin duda, se aprecia un cambio, una búsqueda más intensa de lo individual. De esta forma, en el siglo XIX, el género del retrato explota y el hombre se impregna del ambiente melancólico de un siglo de auge de las libertades. Además, la gran revolución dentro de este género se produce con la invención de la fotografía. El punto de vista cambia y se multiplica. Pero al componente social, al sentido funerario, al incesable recuerdo, a la representación política, al carácter íntimo o al sentimiento afectivo, se añade inevitablemente una cláusula casi mística. El retrato-identidad fija al sujeto, lo define y lo explora hasta descubrir visiones no apreciadas anteriormente. Es el alma lo que queda atrapada sobre un soporte incómodo. En la búsqueda de la verdadera identidad, la Galería Aleph propone una exposición colectiva sobre el hombre y su reflejo.
Obras de Antonio López, Diego Canogar, Isabel Tallos, Jolanta Studzinska, Ming Yi Chou, Jorge Pérez Parada, Miguel Soler, Pedro Lozano, Santiago Lara, Rohkshad Nourdeh, Jose Eugenio Mañas, Elena Poblete, Carlos Codes, Torregar, Isabel Ferrero, Manuela Martínez, El Manchas, Fátima Tocornal, Javier León, Marta Sánchez Luengo, Miguel Carmona, Paco Morales, Pedro Castrortega y Pepe Carretero.
Premio. 11 abr de 2025 - 16 may de 2025 / Bilbao, Vizcaya, España
Ayudas 2025-26 para la realización de proyectos artísticos con cesión de estudio en Bilbao Arte
Formación. 30 oct de 2025 - 11 jun de 2026 / Museo Nacional del Prado / Madrid, España