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El comienzo: retratar en su ámbito, en sus circunstancias, a un grupo de personas.

Tres aspectos que configuran las obras:

- El soporte en el que cada una de las fotografías se imprime y es manipulada, el 'soporte-circunstancia'.

- La recuperación de un tipo de presentación hoy en día en desuso.

- Tratar la técnica fotográfica sin hacer de ella un fin principal.

El soporte-circunstancia varía según cada personaje. En unos casos es suficiente la elección de un papel singular. En otras ocasiones a la elección de un soporte se añade un elemento a manera de collage. Sobre papel de periódico Carlos de France, cantautor y compositor; sobre papel vegetal, Leandro de Borbón y así, ... experimentando, se han encontrado los soportes adecuados a cada retratado. Desde papeles pintados originales de los años 20-30, como los utilizados en María Rotaeche, restauradora, Guillermo de Osma, galerista especializado en vanguardias históricas, Miguel Muñoz, Director de la Fundación Fernando de Castro, etc. hasta ciertos materiales contemporáneos como el foscurit, telón en el que Gabi González de Gregorio pasea con su bicicleta por la milla de oro de Madrid, o en plástico Porexpan, donde un malabarista callejero sonríe a la cámara. Por este recorrido se muestran los rostros de Fray Santiago, Jesús Gironés, Cristóbal Halfter, Carmen Caro, Pitingo, los hermanos Serrano-Suñer, Sánchez Dragó, Lorenzo Caprile, Peridis, Miguel Valle-Inclán, Godofredo de Casa Ciriaco, hermanas Escrivá de Romaní, Marqués de Vargas y Gonzalo Zubiaga.

Cada personaje nos sugiere un soporte-circunstancia diferente y así queda reflejado.

Otro aspecto de igual importancia resulta ser el montaje de cada una de las obras, como las antiguas láminas escolares, es decir, imágenes enteladas con dos varillas, superior e inferior. El material elegido para entelar, la calidad y formatos de los listones y las piezas, torneadas o de fantasía que rematan los extremos, forman parte esencial de la composición.

Como tercer aspecto de los ya citados, los retratos nos transmiten algo cercano e imperfecto. No se ha buscado una fotografía técnicamente sin tacha con detalles inalcanzables para el ojo humano. Son fotos cotidianas, con foco o sin él, con la luz que en ese momento hubiera, sin filtros y como resultado de un azar escogido.

Sin duda en estas obras hay un marcado carácter de ironía y complicidad, diálogo mutuo y esperado, inevitable en cualquier relación entre un autor y sus personajes, y como lógico final, los autores se autorretratan en los retratados.