Antonio Moledo Area, ha realizado un trabajo que se podrá contemplar en la Casa Museo de Mijas, y que posteriormente pasará a engrosar la riqueza artística del Museo Etnológico de nuestro pueblo.

Con tal motivo, como amigo, me pidió que escribiera, a modo de introducción, unas letras para resaltar este trabajo que con tanto cariño ha llevado a cabo durante bastante tiempo.

Antonio Moledo es un mijeño-gallego, antepongo lo de mijeño, por que en sus años de vida, ha pasado en Mijas más que en su Galicia natal. Allá por la década de los sesenta, llegó a Mijas y quedó profundamente enamorado de la luz, el colorido y la bondad de sus gentes.

Aquel joven se dedicó afanosamente a trabajar todos esos años de su estancia ... entre nosotros, en distintos menesteres difícil de enumerar por ser muchos. Pero sí quiero resaltar el tesón que puso en el progreso del pueblo, para contribuir hacer de Mijas uno de los pueblos más famosos del mundo. Fue uno de los pioneros en el resurgimiento turístico de Mijas en la década de los 60.

Ahora en su jubilación puede por fin dedicarse a su eterna pasión tantas veces apartada, como es la pintura. Hoy quiere presentar su último trabajo, retratos de una serie de mijeños: ahora bien, ésta de los personajes y sus hechos sería una historia incompleta si no se les complementara con las vivencias de los hombres corrientes.

No tienen calles conmemorativas de su paso por la vida, ni sus nombres se asoman a los libros, pero ellos son uno a uno y en su conjunto, los auténticos protagonistas de la existencia colectiva.

Esta exposición viene a hurgar en esa línea historiográfica no tradicional que centra su mirada antes en los anónimos peatones que en los poderosos conductores de los pueblos. Lo que ve, y pinta, son los tipos, costumbres, ritos y pautas de comportamientos de aquellos que en la década de los 60, conoció profundamente. Personajes de una pequeña localidad de la Baja Andalucía de hace medio siglo. Podría ser cualquier otra, pero es Mijas.

En la mirada de estos mijeños, en sus arrugas, sus sombras y su luz, el artista ha querido expresar sus penas, alegrías, sufrimientos y esperanzas.

La identidad misión y fines de este trabajo y de la exposición no es otra que la de recuperar aquellos personajes que por una u otra razón eran parte del espíritu de los mijeños de aquellos años. Muchos de ellos ya no están entre nosotros pero pienso que sus almas sí siguen estando en las calles, plazas y rincones de nuestro pueblo.

Por otra parte, darlos a conocer a las nuevas generaciones para que tengan constancia de que dieron todo lo que más pudieron por su pueblo.

Esta es la finalidad. Si lo consigue Antonio Moledo se dará por muy satisfecho.