Una de las particularidades del arte, es que se nos presenta como un instrumento para interpelar a la realidad. Una alternativa matérica, o no, para plantear preguntas esenciales y crear mecanismos que nos permitan aventurar una respuesta. Esta, no es una tarea sencilla, más bien todo lo contrario, ya que no sólo deben estar frescas y claras las dudas que se desean plantear, sino que también se debe encontrar la mejor manera de expresarlas, elegir a la perfección la técnica artística, ser hábil realizador y entender el entorno y el público al que van dirigidas, para que este esfuerzo encomiable no se quede en un simple suspiro ininteligible.
Muchas preguntas surgen en el momento en el que observamos las diferentes series que nos presenta Rodrigo Nevsky (Santiago de Chile,1964) en esta muestra titulada Retrospectiva. Si bien, no podemos considerarla una retrospectiva al uso, ya que el artista continúa trabajando cada día...en nuevos proyectos, sí la podemos entender como una exposición razonada que trata de encontrar el hilo conductor que atraviesa el trabajo de este multidisciplinar artista. Es así como una especie de hilvanado que transcurre entre 1985 y nuestro año, puntadas largas que saltan de una serie a otra, hacia delante o hacia atrás, abriendo nuevas posibilidades y retomando antiguas ideas a la espera de que todo cobre sentido. Un work in process que se rige, como no podía ser de otra manera, por los intereses y las experiencias que han marcado la vida de este artista chileno-español en las últimas décadas.
Suele ser común que, como público interesado en el arte y asiduo a exposiciones, pocas sean las veces que nos encontremos con una muestra en la que bajo la misma firma se exhiban trabajos en técnicas, estilos y procedimientos tan diferentes. No es extraño que un artista cambie radicalmente de fórmula expresiva, suele ser bastante usual, sin embargo, la forma en la que se ha orientado la divulgación de la historia del arte, tan compartimentada y lineal, de alguna manera edita y reescribe la labor artística. De esta manera, esta retrospectiva funciona como un encuentro con el quehacer del artista, intuyendo, a través de cada una de sus piezas y la interrelación entre las mismas, los mecanismos creativos que las rigen.
Una pregunta despunta entre todas, al abarcar la muestra con la mirada: ¿Qué poder tiene una imagen? Quizás este sea el hilo conductor que buscábamos. Iremos paso a paso.
En primer lugar, nos encontramos con cinco de las últimas piezas firmadas en 2022 pertenecientes a su serie titulada Sistemas Imaginados, la cual retoma veinte años después de su anterior acercamiento al mismo concepto con Paisajes líricos en 2002. En ambas, una imagen fluida y vaporosa cubre todo el lienzo, atmósferas cargadas en las que los contrastes y los juegos de tonos nos generan una atracción casi magnética.
¿Qué estamos viendo?
Rápidamente nuestra mente busca refugio en lo conocido, un concepto real que le de sentido. De pronto, elementos orgánicos aparecen entre las ligeras pinceladas y los delicados chorretones, y los azules, morados, verdes, amarillos y ocres, todos tan cercanos y naturales, nos conducen a paisajes imaginados, sacados de otro lugar, de la distancia en la que habitan el recuerdo y lo exótico. Todos juegos de equilibrio y movimiento, de luces y sombras, comprensiblemente vinculados con nuestra esencia, logrando aportar una fuerte carga lírica a un lenguaje completamente abstracto. Por último, al reparar en los títulos de las piezas se evidencia una vuelta de tuerca más al concepto que impregna esta serie, ya que nos trasladan a lo concreto, a los conceptos geográficos vinculados a nuestra realidad –Borrasca, Marisma o Ensenada, entre otros–, dejando claro que estos también son construcciones simbólicas del territorio.
Inmediatamente después, nuestra mirada se cruza con una nueva serie: Angelorum. Uno de sus trabajos más complejos, por su aproximación multidisciplinar y técnica, a la vez de ser de los más polémicos, por su fuerte carga crítica y la censura a la que se ha visto expuesto. Rodrigo Nevsky presenta Angelorum en 1995 como trabajo de fin de carrera en la escuela de Arte de la Universidad Católica de Chile, siendo censurado por la institución. El concepto nace tras llegar a sus oídos los relatos de las jóvenes víctimas de abusos llevados a cabo por sacerdotes, o como el propio artista explica esta serie es la permanente crítica al poder supremo y los abusos de la Curia que, desde la pintura, emprendí al comienzo de mi trabajo como artista visual.
Inspirado por la Sinfonía de Cuna del antipoeta chileno Nicanor Parra, el artista plantea composiciones etéreas en las que obispos, ángeles y almas humanas interactúan en una especie de irónica y extravagante comparecencia celestial, adornada con diferentes elementos icónicos entre los que se reiteran las nubes -como símbolo quizás de lo irreal, misterioso y delicado- y las columnas -como la representación del poder, la trascendencia y lo fálico-, creando piezas que se debaten entre lo onírico y el lenguaje expresionista. Espacios armoniosos construidos a través de una ejecución sumamente experimental y sugerente, con los que el artista pretende abrir los ojos del espectador y mostrar un reflejo de la sociedad chilena de finales del siglo XX.
Aquí expuesta, se encuentra una selección de sus primeras pinturas de 1992: El Portal, Ángel Absurdo, Con mitra y columna y Ángel Fatuo; acompañadas a su vez de dos piezas más grandes que continúan la serie, pero firmadas en 2021: La Búsqueda y Gallinitas ciegas. Asimismo, saltando de disciplina, podréis ver cuatro series de esculturas que representan a los diferentes personajes extraídos de sus cuadros: Angelus Voyeur, Acolythus, Invocatio y Ab Absurdum, ejecutados en bronce y resina. Para finalizar, este despliegue casi casi barroco, el artista se recrea en otra de las artes más actuales, el muralismo de luz, con una proyección de su Angelorum, que en otras muestras ha llegado a abarcar salas enteras.
Como buenos observadores, notaréis al momento que algo se repite, al observar la serie anteriormente citada de paisajes imaginados, y así es. Tras abordar la primera etapa de Angelorum en 1992, la siguiente serie completa que presenta Rodrigo Nevsky es Paisajes Líricos de 2002. Esa sensación de reconocimiento se debe a que los fondos elaborados en una, terminan derivando en un complejo sistema abstracto independiente y, a la vez, cargado de una profunda reflexión o como el propio artista indica esta serie de paisajes abstractos son fruto de la experimentación en torno al color como gesto en la pintura. Son paisajes que nacen desde el interior del alma.
Nuevamente, ¿qué estamos viendo?
Obras en las que no sabemos a ciencia cierta si nos encontramos ante una escena celestial o infernal.
Si nos acercamos al extremo opuesto de la sala, nos encontraremos con una nueva serie, Abstracción del año 2017. El artista nos presenta paisajes cósmicos resueltos mediante técnicas como el pouring o el raspado en seco, que le permiten crear una atmósfera armónica llena de colores brillantes y contrastados. Esta serie de abstracciones cósmicas fueron pintadas con la técnica de decapado. Me imagino que el Universo fue construido de igual manera, pero a la inversa aclara el artista. Paisajes lejanos que se inspiran en las imágenes obtenidas a través de la espectroscopia. Esta técnica de observación astronómica es relativamente reciente y consiste en el estudio de la luz que radia desde estrellas y otros objetos celestes, previamente descompuesta en radiaciones monocromáticas.
No es extraño este interés por el estudio de la luz y el color, teniendo en cuenta que ha sido una de las cuestiones elementales en el desarrollo del arte a lo largo de la historia, a parte, el artista es originario de uno de los países que disfruta de los mejores cielos -limpios y oscuros- para la observación astronómica. Sin embargo, en este caso, él va un paso más allá de un simple resultado estético. Al igual que el arte nos invita a descifrar un enigma oculto en su esencia, la luz oculta una valiosa cantidad de información. Los científicos al descomponer la luz mediante un prisma no sólo observan un arco iris de color, sino también líneas de absorción oscuras, pequeñas franjas en cada uno de los colores, que visual y conceptualmente, podríamos asociar a un código de barras. Este código permite averiguar, por ejemplo, la composición química de las estrellas y galaxias distantes, es decir, su esencia. De esta manera, el ejercicio de abstracción formal que reúne a todas estas piezas, se llena de contenido concreto, un paisaje que nos es ajeno y lejano emerge, esta vez no solo cargado de lirismo sino también de conocimiento.
Sin quererlo, nos volvemos a preguntar: realmente, ¿qué estamos viendo?
Siguiendo el recorrido, nos topamos con una serie atractiva y singular en su formato -modular y adaptativo-, en su resolución estética -minimalista y de contraste- y en su temática -actual y popular-. En Pop de 2018, Rodrigo Nevsky imprime sobre un paisaje cósmico la silueta de conocidos iconos comerciales. Imágenes que se nos presentan en negativo, relacionándolas con esas franjas oscuras que nos descubre la luz en las espectroscopias, ya que al igual que éstas ocultan información. De esta manera, busca llamar nuestra atención dejando en evidencia la importancia que tienen las imágenes en el mundo actual y la impronta subliminal que dejan en nosotros. Entendiendo la cultura visual como un cosmos de imágenes cargadas de significados que evidencian determinados valores políticos, sociales y económicos. Una de mis fascinaciones como artista ha sido la estética de los 80, con sus contradicciones y adicciones al recién estrenado consumo. Considero que estas pinturas son reflejo de ello, advierte el artista.
Como en las series anteriores hay un efecto causal, en este caso el desarrollo de Abstracciones deriva en una serie que retoma la figuración. Parece que un constante equilibrio entre la abstracción y la figuración recorre todo el trabajo de este artista, a la par de un deseo por indagar en las capacidades expresivas de cada uno de los elementos que configuran sus pinturas. Por lo tanto, el paisaje cobra otra dimensión y deja de ser un mero reflejo de la realidad o una excusa para indagar en el conocimiento del color u otros valores estéticos y se convierte en un medio efectivo que desafía nuestra forma de ver las imágenes.
Como colofón, nos acercaremos a la primera serie elaborada por el artista en 1987 titulada 1985. Compuesta por trece retratos en los que la frescura experimental de los primeros años de creación es notable. Utilizando como soporte tablillas de madera y apostando por el tradicional uso del óleo, en su elaboración confluyen una pincelada matérica y un lenguaje expresionista, más bien grotesco. A modo de oscuras caricaturas Rodrigo Nevsky retrata a los personajes prototípicos de la sociedad chilena del momento o como él mismo aclara esta serie de retratos son un reflejo del imaginario cotidiano en los años 80. Mezcla de realidad y dictadura.
En esta adaptación, la serie 1985 se exhibe en forma de instalación interactiva. Con un carácter modular, que ya conocemos de anteriores series, los años 80 y la férrea dictadura chilena se representa esquemáticamente a través de estos retratos dispuestos de manera piramidal sobre diferentes puntos de apoyo. ¿Qué son: víctimas o victimarios?, ¿qué los ordena: la justicia o el poder?, ¿se diferencia el orden social de la jerarquía? De esta manera, se incita al espectador a poder intercambiarlos, invitando a reflexionar sobre las lógicas de distribución del poder, destacando que para poder alterarlas primero hay que olvidar -cuestionar/reivindicar/empatizar/rechazar- las anteriores.
Nueva pregunta: Si ya no solo vemos, ¿qué hacemos?
Continuando con la misma dinámica relacionista, damos un salto temporal gigante, y nos encontramos con la última pieza que cierra esta retrospectiva Elecsiástico de 2023. De lo eclesiástico a lo ecléctico, es el concepto que sirve de punto de partida para esta instalación en la que la relación obra/espectador se convierte en el epicentro activo. Una obra que critica la burocratización de la religión, su alejamiento de los conceptos metafísicos en pos del lucro y el poder, y su no sincronía con la sociedad actual, frente a un posible retorno a la inocencia, el intercambio de ofrendas y la construcción de un relato espiritual, todo con un tono irónico palpable.
Con unas simples instrucciones, el artista invita a los espectadores a participar en el intercambio de un objeto ecléctico -de su pertenencia y que lleve consigo en ese momento- por un dibujo original de temática eclesiástica. El momento del intercambio se convierte en un instante de reflexión siguiendo la demanda del artista piense en un pecadillo, nada relevante, en el que el espectador establece el rango de valor sentimental, monetario o espiritual de la obra adquirida.
Una obra expansiva y caprichosa, que solo se activa mientras el artista está presente, y aspira a presentarse en diferentes ciudades del mundo para concluir en una muestra en la que se expondrán todos los objetos recopilados y el material documental, con un carácter archivístico de tintes antropológicos.
En esta muestra tendremos la suerte de disfrutar de la presencia del artista el día 27 de junio de 2023 a las 19:00h. Esa tarde, Rodrigo Nevsky presentará su último catálogo Retrospectiva_1985-2022 y será una gran oportunidad para plantearle nuestra principal duda: ¿Qué poder tiene una imagen?
Izaskun Monfort
Comisaria
Entrada actualizada el el 20 jun de 2023
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