Descripción de la Exposición En una entrevista reciente, que tuvo lugar en el estudio del pintor Manuel Salinas, Antonio Camoyán definió su trabajo fotográfico en el río Tinto de una manera muy precisa: «Este señor pinta con pinceles, y yo pinto con píxeles». De esta forma condensaba dos de sus pasiones, la fotografía y la pintura. Porque Antonio Camoyán, emblema de la fotografía de la Naturaleza por excelencia, pionero en España de esta disciplina, si podemos llamarla así, tiene alma de pintor. De hecho, su primera inclinación confesa fueron los pinceles, o las brochas, atraído por las propuestas plásticas que se abrían, entre otros, con el expresionismo abstracto americano, término que los autores de esa corriente rechazaban. Pero sirve para entendernos. Grandes masas de color, gestos, action painting, pintura-pintura. Camoyán hizo sus pinitos en esa materia, pero no le convencieron los resultados, y desanimado por el rechazo de una galería en exponerlos devino en fotógrafo en parte por influencia de su padre, que lo era por afición, y conocía los arcanos del laboratorio. Fue así como entabló relación con Emilio Sáenz, que junto a su hermano Joaquín Sáenz regentaban la legendaria Gráficas del Sur, sita en una casa sevillana con patio de la calle San Eloy. Ambos hermanos, fotógrafo y pintor, dirigían aquella industria gráfica montada por su padre, y que fue durante la década de los setenta y principios de los ochenta un mentidero artístico de primer orden, en el que se daban cita pintores, escritores y aficionados en tertulias improvisadas y estimulantes en una capital de provincias que comenzaba a despertar a la modernidad. Los espacios de esa imprenta están recogidos en la colección de óleos del propio Joaquín Sáenz titulada «La Imprenta de San Eloy», como también se le llamaba, y que actualmente forma parte de los fondos de la Diputación de Sevilla. Según reconoce Camoyán, los encuentros con pintores en aquel caserón decimonónico entre chibaletes, esos armazones de madera donde se colocaban los tipos para componer; cajas, minervas, tórculos, prensas y resmas de papel, y el sonido constante de las máquinas funcionando sin parar, le volvió a relacionar con las obras de Pollock, de Newman, de Rothko sobre todo, y de las vanguardias españolas del momento, Saura, Viola, Feito, Millares, Sempere. Por aquella imprenta pasaba a menudo Fernando Zóbel, pintor y mecenas, fundador del Museo Abstracto de Cuenca junto a Gerardo Rueda y Vicente Torner. El influjo de esas obras se quedaría grabado en la retina de Camoyán. De tal forma que cuando vio unas fotografías del río Tinto, hechas por un amigo de su padre, decidió hacer una excursión. El encuentro sería el principio de una obsesión. Ya en el año 1974 participó en una colectiva con un par de fotografías «abstractas» sacadas en el Tinto, que gustaron mucho a Zóbel, con quien Camoyán entabló una estrecha amistad. Los derroteros profesionales comenzaron a llevarle por el mundo, entregado a la fotografía y a la Naturaleza, pero nunca dejó de visitar el río Tinto y continúa haciéndolo ahora, con delectación, porque para Camoyán ese río es como un museo natural de pintura donde su ojo encuentra y captura encuadres en los que rebrotan las obras que moldearon su visión de las artes plásticas. Son obras efímeras, volátiles, que hay que apresar porque unos minutos más tarde ya no estarán ahí, serán otras. Hace falta saber mucho de pintura para fotografiar el Tinto como lo hace Camoyán. Y por las orillas de ese río marciano aplica un concepto propio que ha ido elaborando a través de la experiencia: su forma de entender el paisaje a través de una cámara fotográfica. De su forma de plantarse ante un paisaje y reflexionar sobre lo que quiere obtener, extrajo hace tiempo dos conclusiones: «Comprendí que (los paisajes) no son una porción de nuestra visión frontal que permanece fija e inerte, que estaban compuestos por una serie de elementos que los caracterizaban y distinguían unos de otros, la incidencia y las diferentes intensidades de la luz, las tierras y rocas que forman su sustrato, las aguas, la vegetación rastrera, el matorral, las flores, los árboles e incluso (...) la fauna, el hombre y los elementos por él creados». Como consecuencia de lo anterior, y potenciado por las características paisajísticas que ofrecen lugares con el río Tinto, «la segunda conclusión fue darme cuenta que un paisaje podía descomponerse en varios más pequeños (...). Desde mi punto de vista si un fotógrafo quiere dominar la técnica del paisaje debe estar capacitado para captar una visión aérea del mismo hasta utilizar un microscopio y fotografiar el colorido de la composición cristalográfica del sustrato en el que se asienta el paisaje». En el Tinto precisamente, los fragmentos del paisaje son para Camoyán más protagonistas que el paisaje mismo. Con sus antecedentes, esos fragmentos del Tinto que él sabe encuadrar es un festín artístico en el que encuentra pinturas rupestres, impresionistas, cubistas, fauvistas, abstractas, minimalistas y hasta elementos de land art, o de «intrusión en el paisaje», como gusta de llamarlos: piezas de fabricación humana que encuentra abandonados en las aguas y lodos del Tinto, botas de goma, platos, pelotas, herramientas, trozos de útiles de labranza, telas... En una de sus series extraídas del Tinto le da una vuelta de tuerca a esta galería, en la que captura tanto un Rothko como un Fontana. Crea paisajes en el interior de un fragmento. Busca y selecciona una línea horizontal, un skyline que divida un cielo y una tierra imaginarios, encuadra la porción de ese fragmento que más le interesa y extrae un paisaje de calidades a las que sólo se puede aproximar la pintura, la actividad artística más relacionada con la Naturaleza. En el río Tinto, Camoyán encontró hace tiempo la feliz combinación de su condición de pintor y su profesión de fotógrafo. Y tiene más razón que un santo cuando afirma que pinta con píxeles. A las pruebas me remito.
Premio. 01 abr de 2025 - 18 may de 2025 / Bilbao, Vizcaya, España
Exposición. 14 may de 2025 - 08 sep de 2025 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España
Formación. 30 oct de 2025 - 11 jun de 2026 / Museo Nacional del Prado / Madrid, España