El proyecto que presenta Julia Galán consta de un video y de una serie de fotografías.
Partiendo de un remake de la película El sabor de la sandía del director Tsai Ming- Liang, Julia Galán descontextualiza y reinterpreta ciertas imágenes de la citada película para crear otra historia.
Todo el trabajo parte de una visión del arte que intenta reflejar la sociedad en la que se produce. Son obras que más que decir sugieren y están cargadas de ambigüedad para que permitan múltiples lecturas. En esta exposición a través de las imágenes de la vida de una mujer llamada RO se pretende crear un ambiente psicológico, evidenciando los elementos fundamentales de la crisis existencial contemporánea como la incomprensión, la incomunicación, la angustia, la soledad.
Se pretende
... reflejar una sociedad rota y fragmentada. Una sociedad que nos puede recordar ciertas atmósferas beckettianas dominadas por el absurdo y el desasosiego.
También las fotografías giran entorno a la ficción, al juego de espejos, a las mascaras e imposturas que hacen que el espectador pueda construir su propia historia, y sirva para pensar acerca de las relaciones peculiares que se establecen entre la realidad y la ficción.
Ro aparece recluida en su casa, rodeada de invisibilidad y silencio. Se niega a la familia como núcleo de placer y afectividad. Se muestra una realidad fragmentaria que contiene grandes dosis de soledad y violencia soterrada. Así nos encontramos con momentos congelados, acciones inmóviles y figuras mudas rodeadas de cierto artificio escénico.
Son escenificaciones de la vida urbana y de la moderna alienación, que se concentran como si fueran planos cinematográficos. Imágenes que son una mezcla donde se confunde realidad y ficción narrativa. Cada fotografía puede ser una puerta abierta al subconsciente.
La mujer adopta frente a la sexualidad y el placer un papel totalmente pasivo y de sometimiento. La mujer aparece tumbada en actitud de disponibilidad o espera. Se produce una objetualización del cuerpo de la mujer, una desactivación del cuerpo de la mujer mostrado en su máxima pasividad. Se crea la imagen de una mujer pasiva y fría. Ro vive creando una falsa maternidad, falsa sexualidad y una falsa familia, pero en realidad es una mujer sumida en la soledad de su casa. Se crea un mundo de asfixia y opresión en el que se reflexiona sobre las relaciones entre los hombres y las mujeres. Finalmente la mujer pasa de la sumisión objetual a ser un sujeto activo.
En el vídeo una mujer embarazada aparece de pie, inmóvil. De repente empieza a apuñalarse la barriga, con gran frialdad y violencia. Se cuestiona la maternidad como algo que pertenece a lo específicamente femenino. En este proyecto se reflexiona sobre ciertos aspectos simbólicos que pueden tener la comida o la alimentación respecto a la sexualidad y la maternidad. De este modo, la alimentación puede estar relacionada con el mito de la madre nutricia.
Entrada actualizada el el 26 may de 2016
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