-------------------------------------------------------

-------------------------------------------------------

Roger Ackling lleva más de cuarenta años creando sus obras utilizando el mismo método, sobreexponiendo la luz solar directamente a través de una pequeña lupa de mano sobre piezas de madera que va encontrando en sus paseos por el campo, creando en la superficie unos pequeños surcos quemados. Redirige la energía solar a través de la lupa haciendo que un haz de luz queme la superficie de la madera creando un dibujo en relieve.

El artista trabaja en contacto directo con la naturaleza, no en un estudio. Solo, sentado directamente sobre la tierra, con el sol a la espalada y sosteniendo en la mano izquierda la pieza de madera y en la derecha la lupa, concentrado únicamente en su obra, el mundo visual exterior deja de ... estar presente, no hay pensamientos que le ocupen y es en este momento solitario y único cuando entra en contacto directo con su obra dotándola de existencia. Este ritual permanece en la esencia de la obra y puede ser descubierto por el visitante.

Roger Ackling ha viajado a Madrid para realizar el montaje de la exposición. Las piezas las ha dispuesto en las tres salas de la galería, en la pared, a diferentes alturas y por primera vez nos las encontramos en el suelo e incluso detras de un estor. El montaje de la exposición es parte de un proceso creativo en el que el artista vuelve a ver su obra una vez terminada.